Mariana Vértiz, hermana de Natalie, denuncia intento de asalto en su auto: “Nadie está a salvo”
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Mariana Vértiz, hermana de la exreina de belleza Natalie Vértiz, vivió momentos de gran tensión tras ser víctima de un intento de asalto dentro de su vehículo en plena zona urbana.
La propia afectada compartió el episodio a través de sus redes sociales, acompañado de imágenes, lo que generó inmediata repercusión y abrió el debate sobre la creciente inseguridad. Su experiencia evidencia que nadie está exento de la violencia, incluso quienes son figuras públicas y conocidas.

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Mariana Vértiz sufrió un intento de asalto mientras estaba en su auto
Mariana Vértiz relató que el intento de asalto se produjo mientras estaba dentro de su auto, en un momento inesperado que rápidamente se tornó peligroso. En segundos, la situación cambió y se enfrentó a un miedo intenso, lleno de incertidumbre y la necesidad de actuar con rapidez.

Después del episodio, la empresaria e influencer decidió compartir lo sucedido, no solo como una forma de desahogo, sino también como advertencia. En una de sus publicaciones, afirmó: “Nadie está a salvo”. La frase reflejó el impacto emocional del hecho y una preocupación compartida por muchos.
Las imágenes que difundió evidenciaron el incidente y respaldaron su testimonio. Aunque no se ofrecieron detalles sobre los agresores, quedó claro que la experiencia afectó seriamente su sensación de seguridad diaria.

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El testimonio que encendió la alerta en redes sociales
La denuncia de Mariana Vértiz generó una inmediata reacción en redes sociales. Comentarios de apoyo, solidaridad y alarma se multiplicaron, con usuarios que relataron vivencias similares y coincidieron en la sensación de inseguridad.
Asimismo, varias figuras del espectáculo expresaron su respaldo, resaltando su valentía al dar a conocer el hecho. Para muchos, su testimonio ayudó a visibilizar una problemática que afecta a distintos sectores, más allá de la notoriedad pública.
La frase “Nadie está a salvo” se repitió en numerosas publicaciones y se convirtió en un reflejo del sentir colectivo, llevando el episodio del plano personal a un debate más amplio sobre la violencia urbana.








