Martín Arredondo contó cómo un hijo vio morir a su padre por SL: "Le lanzaron un balazo en el corazón"
Únete al canal de Whatsapp de WapaEl periodista Martín Arredondo utilizó su plataforma digital para dar a conocer el doloroso momento que vivió Modesto Llacta cuando fue niño. A sus 12 años, el documentalista vio cómo Sendero Luminoso asesinó a su padre en la plaza de la comunidad de Cilco, provincia de Antabamba, Apurimac, en los años 80.
El comunicador decidió hacer público el testimonio, a raíz de la noticia sobre la muerte del genocida Abimael Guzmán en la prisión del Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao.
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"En esta plaza fue Martín. A mi viejo le amarraron las manos y le lanzaron un balazo al corazón. Como no pudo morir, vino una mujer y lo remató con una piedra. Yo tenía 12 años y lo vi todo. Luego mi madre junto a mis hermanos huimos hacia Cusco", escribió en su red social, el exconductor de ‘La banda del chino’.
Asimismo, el periodista acotó algunos detalles del relato que le confesó su compañero de viaje, tras el acontecimiento que se dio: “Modesto Llacta, documentalista de cuánta fiesta tradicional hay en el sur recuerda conmigo aquel día de junio de 1988 cuando vio a su padre morir en la plaza de armas de la comunidad de Cilco, distrito de Juan Espinoza Medrano, provincia de Antabamba, departamento de Apurimac”.
“Le dije que Abimael Guzmán había muerto y no me creía. Le muestro las noticias en mi celular. Lo dejo caminar sólo en la plaza”, agregó Martín.
“Por algo el destino me trajo hoy que ha muerto Abimael Guzmán a las diferentes comunidades campesinas de Antabamba en Apurímac. Aquí Sendero Luminoso hacía y deshacía a su gusto. Los comuneros antiguos recuerdan lo que se vivió en esos años. No sólo muertes”, continuó.
El comunicador también resalto que la violencia de la organización terrorista no solo fue a través de asesinatos, también utilizaron otros métodos de imponer miedo a cientos de familias que aún mantienen abierta esa herida que les causa dolor.
“La violencia tuvo otras formas también. Entrega de cupos, obligación a darles animales, abusó a mujeres, reclutamiento de hijos les dejo una costra de miedo que hasta ahora no desaparece. Pero aquí ellos y ellas siguen resistiéndose. No huyeron”, concluyó Martín Arredondo.