Carolina Herrera y el pasado que no sabías de ella antes de convertirse en una leyenda

El nombre real de Carolina Herrera es María Carolina Josefina Pacanins Niño, tiene 78 años y es la diseñadora más famosa mundo. Es venezolana e hija del comandante Guillermo Pacanins Acevedo, gobernador de Caracas entre 1950 y 1958, y María Cristina Niño Passios.

Su familia es acomodada, concurrente a las fiestas sociales y galas.

Cuenta con la marca "Carolina Herrera New York", sus tiendas puedes encontrarlas solo en Estados Unidos. Su segunda cadena se llama "CH" y tiene más de 150 locales en todo el mundo.

Puedes encontrar prendas y complementos para mujer y hombre. Además de una gama de perfumes.

Cuando tenía 18 años se casó con Guillermo Behrens Tello, con quien tuvo sus dos primeras hijas. Sin embargo, su matrimonio no fue el que esperaba y terminó con escandaloso divorcio.

En 1969 se casó por segunda vez, en esta ocasión con el aristócrata venezolano Reinaldo Herrera, el hombre que la apoyaría hasta el final y de quien adoptaría el nombre, Carolina Herrera.

Reinaldo Herrera era editor de la revista Vanity Fair, y se dice que era amigo de varias familias de la realeza. Con él, Carolina tuvo otras dos hijas.

Gracias a él, la empresaria de la moda se convirtió en diseñadora, sin pasar por ninguna escuela.

"Tenía ojo e instinto. Y en este negocio eso es más importante que saber cortar o pegar un botón. Yo tengo las ideas y detrás hay un equipo que procede de las grandes casas. Les explico lo que quiero; les digo cómo quiero las mangas y los hombros, el largo de la falda, la cintura, la mezcla de colores", explicó Carolina.

"Hay que tener sentido de la proporción, del color, de las formas. Y eso no se aprende. Se tiene. La moda es para agradar al ojo. Y yo tengo ojo. Sé lo que sienta bien. Veo estudiantes que se han graduado en las grandes escuelas y no llegan a nada porque son demasiado técnicos. No transmiten. No tienen imaginación. La moda es un sueño que se tiene que convertir en realidad. En la vida hay que dejar espacio a la fantasía", culminó.

Cabe señalar que la abuela de Carolina le presentó al reconocido diseñador Balenciaga a los 13 años. Estaba acostumbrada desde muy pequeña a vestir con la Alta Costura. Para su primer baile lució un vestido de Lanvin.

"Me educaron para estar en mi casa. Y estuve conforme con esa existencia hasta que con 42 años pegué la espantá, como los toreros. En mi vida solo había trabajado seis meses, como relaciones públicas del modista Emilio Pucci en Caracas", indicó.

"De pronto me entró la necesidad de hacer algo en la moda; era algo que tenía dentro, como larvado, dormido, y aquí, en Nueva York, me abrieron las puertas para desarrollarlo. Y aquí nos vinimos a vivir. Los estadounidenses son gente muy generosa. Si tienes talento, te abren las puertas", comentó.

Un reportero de El País, Jesús Rodríguez, le cuestionó sobre su pasado, indicando que la moda para ella "¿No era un capricho de señora desocupada?".

"Eso pensaban. Decían que me iba a aburrir. Y llevo 35 años. Y en esto tienes que echarle 12 horas diarias. Es un trabajo durísimo. A mí me animó Diana Vreeland (la legendaria editora de Harper’s Bazaar y Vogue); fue mi mentora. En 1980 le dije que quería hacer estampados para telas. Y me contestó: “¡Qué aburrimiento! Déjate de tonterías. ¿Por qué no haces una colección de moda?”. Ahí me entró el gusanillo. La suerte fue que mi marido me apoyó", contó.

"Le repetía: 'Lo puedes hacer y lo tienes que hacer'. Tuve suerte con Reinaldo, porque si tu pareja te machaca, no consigues nada; no levantas el vuelo", acotó.

Tras la siguiente pregunta "¿No fue un antojo que le ha salido bien?", Herrera continuó: 

"Ya le he dicho que no. Antes de la primera colección, que la presentamos en abril de 1981 en el elegante Metropolitan Club, ya había una compañía constituida. Necesitas tener una base industrial y de distribución. Yo no salí a desfilar en 1981 sin tener establecida una empresa. Lo vi muy claro. Y lo hice con mi primer partner, Armando de Armas, que era un editor venezolano, al 50%".

Esta colección, aunque tuvo malas críticas en la prensa especializada, la pasarela logró grandes ventas, ocupando estantes de importantes y sofisticadas tiendas en todo New York.

Carolina Herrera también ha tenido que responder preguntas sobre su nacionalidad.

"Soy una diseñadora estadounidense, siempre he trabajado en Estados Unidos. Me encanta Caracas, me encanta Venezuela, pero qué le voy a hacer, siempre he trabajado aquí. Soy una diseñadora estadounidense", indicó.

Carolina Herrera ha logrado vestir a grandes personalidades de la Casa Blanca, más de los que otro diseñador soñaría. 

Jackie K. O, Nancy Reagan, Hillary Clinton, Laura Bush y Michelle Obama, son algunas figuras que vestirían sus modelos.

Nunca ha tenido prejuicios políticos a la hora de vestir a demócratas o republicanas. Incluso, no tuvo ningún problema de vestir a a la primera y a la segunda esposa del presidente de EE.UU. Donald Trump, Ivana y Marla.

“Sería un gran honor hacerlo con la nueva primera dama, Melania Trump”, señaló Carolina, cosa que no ha querido hacer otros diseñadores.

En 1988, firmó con Puig, la multinacional española de la perfumería. Con esta empresa llegarían más de veinte fragancias que le darían una proyección mundial.

Recibió el prestigioso Women's Leadership Award por sus 35 años en la industria, en el famoso Lincoln Center, donde compartió con modelos de alta costura, actrices, aristócratas y millonarios.

Carolina Herrera señaló que no nació "para ser una persona pública. Me educaron para ser privada. No me gusta ser la protagonista. Pero qué remedio…”.

Tras cumplir 78 años, no piensa en retirarse, mucho menos "voy a dar ni un paso atrás".