Dejó Argentina por trabajo en minera peruana, pero abrió restaurante en Gamarra y hoy es un éxito total: "Me conquistaron"

En medio del bullicio de Gamarra, un rincón del sabor argentino ha conquistado paladares limeños. Pablo Catalán, un mendocino de 33 años, llegó a Lima en 2012 motivado por su padre y, sin estudios en gastronomía, encontró en las parrillas una pasión que transformó en éxito.

“Hoy lidera Locos de Asar, un restaurante que combina la tradición argentina con ingredientes peruanos para abrirse paso en el competitivo mercado gastronómico de Lima”. Su historia comenzó en el área de logística de una multinacional, pero fue el asado el que terminó guiando su camino. De un pequeño puesto en Gamarra, creó una marca que hoy seduce a más de un comensal.

Pablo Catalán nació en Mendoza, Argentina, y antes de encontrar su camino en la cocina, su pasión era otra muy distinta: el fútbol. “Estudié profesorado de Educación Física. Me gustaba mucho el deporte, jugaba y estaba muy involucrado con ese tema. Vos sabés, cuando uno es joven quiere conocer, probar, y eso fue lo que yo hice”, contó en una entrevista con La República.

Su llegada al Perú estuvo motivada por razones familiares y laborales. Siguiendo los pasos de su padre, quien vive en Lima desde hace 17 años y trabajaba en la empresa Techint, ingresó a esta compañía para desempeñarse en el área de logística de almacenes.

Lo que comenzó como una reunión casual entre amigos, terminó transformándose en una verdadera apuesta gastronómica. Pablo Catalán, argentino de nacimiento, volvió a Lima en 2015 y empezó a organizar pequeñas parrilladas para sus colegas, sin imaginar que su sazón despertaría tanto entusiasmo. “Una vez al mes les ofrecía a mis compañeros del trabajo, amistades, y les gustaba mucho el producto. Siempre me decían que tenía que abrir algo, que iba a pegar acá. A través de esas buenas energías me animé y se me presentó la oportunidad en Gamarra”.

Desde un pequeño stand en La Victoria, detrás del patio de comidas de Gamarra, comenzó a hacerse un nombre. “Poco a poco empecé a hacerme conocido, traje el tema de degustar, salir a buscar a la gente. No soy una persona que se queda quieta en su puesto de trabajo...”.

“Tuve que adaptarme a los dos tipos (argentino y peruano)... siempre hay que darle un toque más para que llegue al paladar del cliente peruano”, aseguró Catalán, quien encontró en Perú no solo una oportunidad profesional, sino también un hogar.

Tras conquistar Gamarra con Locos de Asar y expandirse a Lince con un stand en el patio de comidas, Pablo Catalán apuesta por un nuevo desafío gastronómico en Jesús María. “Somos cuatro, tres varones acá en Lima y la mujer en Argentina. Yo soy el más chico”, contó sobre el apoyo de sus hermanos, con quienes comparte la gestión del negocio.

La apertura, programada para el 15 de agosto, marcará su primer local propio y le permitirá ofrecer una carta más amplia y atención personalizada. “La idea de este local es poder expandir un poco más nuestra carta... brindarles nosotros el servicio de la atención”, explicó. Como recuerda Pablo, “la caja china es el producto que a mí me ayudó a darme a conocer”.