Si no fuera por las mujeres, no habría tequila

La UNESCO designó al pintoresco municipio mexicano, con edificios coloridos y calles empedradas, como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Considerado como Pueblo Mágico por el Gobierno de México, Tequila recibe a los bebedores casuales que desean disfrutar esta aromática bebida mundialmente conocida, pero hay algo que muy pocos conocen: Sin las mujeres, no habría tequila.

Las mujeres de Tequila son, históricamente, las encargadas del cultivo y la replantación anual de las floraciones de agave en los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y Aguascalientes en México.

Se desconoce desde cuándo las féminas se convirtieron en parte integral del cultivo del agave, lo más probable es que cuando los agricultores varones comían y descansaban, sus esposas se hacían cargo. Allí se dieron cuenta que ellas tenían una habilidad excepcional para clasificar y cuidar las plantas jóvenes, por lo que comenzaron a trabajar en los campos de manera permanente.

Para ser llamado como tequila, la bebida debe ser destilada del agave cultivado en ciertas regiones de México, principalmente Tequila y los municipios circundantes. Allí veremos a muchas mujeres trabajando en los campos, con camisas manga larga y pantalones largos, desde febrero hasta julio; época donde las plantas de agave brotan.

Las mujeres no solo son las encargadas de inspeccionar, limpiar y clasificar las plantas jóvenes para luego enviarlas al vivero para ser plantadas. Muchas de ellas han aprendido a darle múltiples usos a la planta de agave y cómo usar botellas recicladas de tequila para la artesanía artesanal. Esto último gracias a la Fundación Beckmann, organismo sin fines de lucro de Mundo Cuervo.

Sonia Espínola, directora de la fundación, indicó que “las mujeres no solo aprenden cómo hacer los productos, sino cómo venderlos, incorporar sus negocios, crear planes de negocios, logotipos y mucho más”.

Ahora sabemos todo el valioso trabajo que hay detrás de un trago de tequila, ¿Vamos por unas margaritas? Salud.