Satomi Kataoka: ¿Quién es la segunda esposa de Alberto Fujimori con quien se casó en Japón por la nacionalidad?

El expresidente Alberto Fujimori falleció el 11 de septiembre de 2024, dejando tras de sí una historia llena de controversias. Aunque acusado constitucionalmente y condenado por violaciones de derechos humanos, Fujimori vivió sus últimos días en libertad y percibiendo una pensión vitalicia de S/15,600. Este monto, otorgado por el Estado, podría continuar beneficiando a personas cercanas a él, incluso después de su muerte.

Sin embargo, no se trata de sus hijos Keiko, Kenji, Hiro, ni Sachi, ni mucho menos de su fallecida exesposa Susana Higuchi. La persona que podría reclamar esta pensión es una figura poco conocida: Satomi Kataoka, la segunda esposa de Alberto Fujimori. A pesar de su misteriosa vida y su distancia de la familia Fujimori, Kataoka aparece en escena como posible beneficiaria.

Satomi Kataoka es una empresaria japonesa vinculada al rubro hotelero y a círculos de extrema derecha en Japón. Su relación con Fujimori es enigmática, y poco se sabe sobre los detalles de su vida. Según el investigador y abogado José Alejandro Godoy, Kataoka estuvo presente en la vida del expresidente desde 2003, cuando Fujimori residía en Japón tras su fuga de Perú.

Kataoka y Fujimori se casaron en 2006, durante el proceso de extradición del expresidente a Perú. El matrimonio fue peculiar, ya que se llevó a cabo mediante un poder notarial, es decir, Fujimori no estuvo presente en la ceremonia. La legislación japonesa permitía este tipo de uniones a distancia, y se especula que el matrimonio tuvo como principal propósito brindar protección legal al expresidente ante la justicia.

El matrimonio entre Fujimori y Kataoka ha sido objeto de debate. José Alejandro Godoy señala que no existen pruebas claras de que entre ambos hubiese una relación afectiva convencional. "No se les veía juntos como una pareja latina; más bien parece una relación de admiración o conveniencia", explica el investigador.

Aunque es evidente que contrajeron matrimonio, lo que sucedió después de su boda es un misterio. Kataoka desapareció del ojo público, y la última vez que se la vio fue cuando expresó su descontento por la sentencia contra Fujimori en 2009. Desde entonces, no se ha sabido más sobre su vínculo con el exdictador ni sobre la vigencia de su matrimonio.

El principal interrogante es si el matrimonio entre Fujimori y Kataoka continúa vigente. Según el abogado Godoy, la única forma de saberlo es revisando el registro civil japonés, ya que aparentemente el matrimonio no se inscribió en Perú. De hecho, en su Documento Nacional de Identidad (DNI), Fujimori aparecía como divorciado desde 1994, tras su separación de Susana Higuchi.

Si el matrimonio con Kataoka sigue siendo válido en Japón, la empresaria podría reclamar la pensión vitalicia de Fujimori. Para ello, debería presentar una partida de matrimonio que certifique la unión, y realizar los trámites legales correspondientes, que incluyen la traducción, legalización y apostillado de los documentos.

De acuerdo con la Ley 26519, los expresidentes constitucionales de Perú tienen derecho a una pensión equivalente al sueldo de un congresista en actividad. En caso de fallecimiento, el cónyuge y los hijos menores de edad son los beneficiarios. Como los hijos de Fujimori son todos mayores de edad y no está casado oficialmente en Perú, Kataoka sería la única que podría reclamar la pensión si demuestra que el matrimonio sigue vigente.

No obstante, este proceso podría ser complicado. Aparte de los trámites legales, la familia Fujimori no ha dado información oficial sobre la relación con Kataoka, lo que añade un velo de misterio sobre el tema.

El matrimonio entre Fujimori y Kataoka ha sido interpretado como un movimiento estratégico. Según la empresaria japonesa, la boda tenía el objetivo de facilitar la solicitud de protección del gobierno japonés para evitar la extradición del expresidente. A pesar de sus esfuerzos, Fujimori fue extraditado a Perú en 2007 y sentenciado a 25 años de prisión.

Kataoka, por su parte, parece haber permanecido al margen durante gran parte de los últimos años, sin hacer apariciones públicas ni manifestar interés en los asuntos políticos o personales de Fujimori.