Reglas de oro para los resolver conflictos de pareja sin que afecte a los hijos

Todas las familias afrontan situaciones complicadas, aunque no siempre de la misma magnitud y esta situación puede repercutir en los más pequeños. Por ello, es importante que los padres sepan manejar estos conflictos.

Los enfrentamientos que se presentan en las parejas pueden ser desde pequeños desacuerdos que se pueden resolver rápidamente, hasta grandes conflictos o enfrentamientos gravemente dañinos para la pareja y aunque muchos padres no se den cuenta repercuten en los hijos.

En ese sentido, en las siguientes líneas te mencionaremos algunos consejos para resolver conflictos de pareja sin que afecte a los hijos, señalados en el portal Eres mamá. ¡Atenta y toma nota!

Es importante que los padres sepan que los problemas no deben ser resueltos frente a sus hijos. Por ello, el mejor momento sería cuando ellos van a la escuela y en un espacio donde no se escuche. De esta manera podrás resolver el problema sin temor a que tu hijo se sienta afectado.

Regla fundamental para cuidar el respeto de ambos es nunca resolver los conflictos frente a otras personas, en la calle y menos delante de los hijos. La consideración también abarca a los hijos.

Siempre se debe mantener la calma, por lo que si sientes que las cosas se están saliendo de control es mejor tomar una pausa para poder calmar la cólera y enfriar la situación.

Muchas los padres no se dan cuenta que las discusiones pueden afectarlos por lo que a veces llegan a pensar que ellos son responsables del conflicto. Ante esta situación tienes que decirles que el conflicto es entre los padres, que no se trata de ellos y que estáis intentando encontrar una solución, sin necesidad de explicares cuál es el problema.

Los niños ven a sus padres como ejemplos, por lo que, si los hijos ven que sus padres tienen conflictos constantemente, ellos verán esto como algo normal. Por ello, si se tiene algun problema de pareja se debe resolver de forma calmada y con base del respeto mutuo. Toma turnos para escuchar y hablar educadamente y tratar de comprenderos mutuamente.

Es importante conocer y analizar las propias sensaciones, por difícil que pueda resultar en esos momentos de calentura por el enojo, puede ayudarnos a distinguir el auténtico origen de nuestro malestar, que en la mayor parte de ocasiones no es necesariamente nuestra pareja.

Cabe mencionar que en todas las parejas existen buenos y malos momentos. Asimismo, el conflicto en sí no es positivo ni negativo, sino que depende de cómo se afronte.