¡Se durmió y casi no lo cuenta! Joven cae del bus por insólito descuido

Lo que parecía ser un tranquilo regreso a casa después de clases se convirtió en una pesadilla para un adolescente de 16 años. Todo ocurrió la noche del lunes 16 de junio en Ingeniero Budge, Argentina. Eran las 7:40 p. m. cuando el joven abordó un bus de la Línea 540 junto a varios compañeros.

Como muchos estudiantes tras una jornada agotadora, el muchacho se quedó dormido en el asiento, apoyando la cabeza contra la ventana. Pero al tomar una curva cerrada, ocurrió lo impensable: la ventana se desprendió completamente y el chico salió expulsado del vehículo.

La escena fue captada por una cámara de seguridad y se volvió viral rápidamente. En el video se ve cómo el adolescente cae violentamente a la pista. Lo más alarmante del caso es que el conductor del bus no frenó. A pesar de los gritos desesperados de los pasajeros y los amigos del joven, el chofer ignoró todo y siguió manejando como si nada hubiera pasado.

El accidente ocurrió justo en la intersección de las calles Tabaré y Goya. Allí, vecinos y transeúntes se acercaron rápidamente al ver al joven tendido en el asfalto. Uno de los testigos contó a Milenio los primeros minutos tras la caída.

"Se cortó parte del cuello, se lesionó las piernas y el brazo", relató una vecina que fue de las primeras en auxiliarlo.

Mientras el muchacho yacía en el suelo, otro colectivo pasó a pocos metros de él, aumentando el riesgo de una tragedia aún mayor. A pesar del dolor, logró mover las piernas y levantar la cabeza, lo que dio algo de alivio a quienes lo socorrieron.

Aunque la respuesta ciudadana fue rápida, la ambulancia tardó casi una hora en llegar. Finalmente, el joven fue trasladado a un hospital, donde se confirmó que no presentaba heridas graves. Afortunadamente, todo quedó en lesiones leves y un susto que difícilmente olvidará.

Este insólito hecho no solo ha conmocionado por su rareza, sino también por la negligencia con la que actuó el conductor. La falta de mantenimiento en los vehículos y la indiferencia de algunos choferes pueden convertir un simple viaje en una historia de terror.