Sismo de 6,1 en Lima fue solo el inicio: Un terremoto de 8,8 sería 500 veces más fuerte, según expertos
Únete al canal de Whatsapp de WapaEl domingo 15 de junio, Lima y Callao fueron escenario de un potente movimiento telúrico que alarmó a miles de personas. A las 11:35 a.m., un sismo de magnitud 6,1, con epicentro ubicado a 30 kilómetros al suroeste del Callao y a una profundidad de 49 kilómetros, sacudió gran parte de la capital, de acuerdo con lo señalado por el Instituto Geofísico del Perú (IGP).
Tan solo 24 horas después, al mediodía del 16 de junio, otro temblor sorprendió nuevamente a los habitantes de Lima. En esta ocasión, el sismo alcanzó una magnitud de 4,2 y tuvo su epicentro a 32 kilómetros al oeste del Callao, con una profundidad de 56 kilómetros, según el reporte del IGP.

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La sucesión de estos eventos sísmicos generó preocupación en la población, que aún no se recuperaba del susto provocado por el movimiento del día anterior.
¿Cómo calcular la magnitud del gran sismo que podría afectar a Lima?
Si bien el sismo del domingo generó temor y lamentablemente se cobró una vida, los especialistas advierten que su intensidad representa solo una fracción del poder destructivo de un terremoto de gran magnitud.
“Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), se necesitarían más de 11.200 sismos como el de hoy para liberar la misma cantidad de energía que un solo evento de magnitud 8,8”. Esto ocurre porque la escala de magnitud utilizada para medir los sismos es logarítmica, lo que significa que “cada punto adicional representa una liberación de energía mucho mayor”. En otras palabras, “un 8,8 no es solo un poco más fuerte: es unas 500 veces más grande que un 6,1”.

Para tener una idea clara del impacto, si el sismo del domingo se sintió con intensidad, uno de magnitud 8,8 tendría consecuencias catastróficas: colapsos generalizados, fallas en los servicios esenciales, hospitales comprometidos y una amenaza directa para la vida de miles de personas. Además, sectores clave como el transporte, las telecomunicaciones y la logística urbana podrían quedar completamente paralizados. El temblor reciente, por más fuerte que haya sido, no es más que un aviso de lo que podría ocurrir ante un evento sísmico de gran escala.
El terremoto de 1940 en Perú: una advertencia del pasado
Este tipo de situación no es algo nuevo para Lima. El 24 de mayo de 1940, hace ya 85 años, la ciudad fue estremecida por un sismo de magnitud 8,2 que provocó más de 160 muertes, dejó casi 3.000 heridos y provocó una devastación significativa. Aquella tragedia ya evidenciaba las carencias estructurales de muchas edificaciones y la falta de preparación de la población. Hoy en día, un terremoto con características similares podría tener consecuencias aún más graves, debido al crecimiento urbano desorganizado y la proliferación de construcciones informales.
Lima está ubicada en una zona de alta actividad sísmica, conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde convergen la placa de Nazca y la placa Sudamericana. Esta región geológica concentra el 80% de los movimientos sísmicos del planeta y ha sido el origen de terremotos tan destructivos como los ocurridos en Chile (2010), México (2017) y Japón (2011). Perú no está fuera de este contexto. Por esa razón, los expertos insisten en que la ocurrencia de un gran sismo es inevitable, aunque no exista forma de anticipar con exactitud cuándo sucederá.