Delincuentes ahora mutilan para robar: usan dedos cortados para desbloquear celulares y bancos
Únete al canal de Whatsapp de WapaUn nuevo y escalofriante método de robo ha encendido las alarmas de las autoridades peruanas. En el distrito limeño de San Juan de Lurigancho, un joven saxofonista fue brutalmente asesinado por un conocido que luego utilizó su dedo cercenado para acceder a su celular y retirar dinero de sus cuentas bancarias a través de la huella digital.

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La víctima, José Luis Rodríguez Romero, tenía apenas 22 años. El pasado mes de mayo salió de su casa para reunirse con Jean Francisco Soplapuco Chuque, quien más tarde confesó haber cometido el crimen. La razón: un intento de robo de S/ 4,100 soles que Rodríguez había recibido de una junta vecinal. Sin embargo, el asesino solo logró extraer S/ 630 tras usar el dedo amputado para desbloquear el celular de su víctima.
Un crimen que expone un peligro tecnológico en ascenso
Según el informe policial, el cuerpo desmembrado de Rodríguez fue hallado días después en una zona apartada del distrito. Durante las diligencias, el agresor admitió haber utilizado el dedo de su víctima para evadir los mecanismos de seguridad biométrica, accediendo así a apps bancarias y plataformas con huella digital.
El caso ha generado una fuerte preocupación entre especialistas y autoridades. El Dr. Dany Humpire, experto en criminalística, explicó que un dedo amputado puede mantener activa su huella dactilar hasta 24 horas después de la muerte, lo cual representa una peligrosa vulnerabilidad en los sistemas de identificación actuales.
¿Una modalidad en expansión?

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Aunque el hecho conmocionó al país, no se trata de un caso aislado. Según Humpire, esta práctica ya ha sido registrada en otros países, como Brasil, donde una mujer llevó el cadáver de su tío a una entidad bancaria para intentar cobrar un préstamo usando su dedo muerto.
Este tipo de crímenes apunta a una preocupante tendencia: el uso post mortem de datos biométricos para cometer delitos. En un contexto donde cada vez más servicios se autentican por huella digital o reconocimiento facial, expertos advierten que se necesitan mayores medidas de protección para evitar que la tecnología se convierta en un arma para los delincuentes.