10 cosas que debes saber antes de adoptar un gato

Si estás pensando en adoptar un gatito para hacer que tu vida sea mejor, aquí te contamos algunas cosas a tomar en consideración para asegurar una adopción feliz.

La primera recomendación es que, antes de que te decidas por uno, evalúes adoptar dos. Sí, en serio. Adoptar gatos en pareja tiene una serie de ventajas importantes para ti y para ellos. Los mininos se desarrollan mejor cuando están con otros de su misma especie, por motricidad, para medir fuerza, y aprender otras costumbres.

Esto puede ayudar a desfogar su energía, prevenir la agresividad de juego y permitirles estar acompañados cuando estamos fuera de casa. Si bien jugar con ellos es parte de una tenencia responsable, que jueguen entre ellos puede complementar esos momentos y brindarles mayor actividad física.

También, si adoptas a uno solo y más adelante adoptas otro, tendrás que hacer una introducción por etapas y cumplir con cuarentenas para evitar contagios entre sí, lo cual puede ser más trabajo.

Cuando están buscando adoptar, muchos quieren gatitos chiquitos para “educarlos”. Algunos incluso quieren adoptar gatitos recién nacidos con el objetivo de que se “adapten más rápido”. Sin embargo, un gatito menor de 2 meses requiere de una atención especializada que no todos pueden darle y puede ser fatal entregar un gato de esa edad en adopción a alguien que desconoce los cuidados que necesitan.

Asimismo, por más que sea cierto que en la mayoría de los casos los gatos cachorros son más adeptos a aceptar otros ambientes, personas o mascotas compañeras, no son el único factor para una adopción exitosa. Si no cumplimos con las necesidades que tiene, no importará su edad, no va a integrarse bien en su nuevo hogar. Por otro lado, si con un gato un poco mayor (que no es feral) seguimos los pasos adecuadamente, su “educación” o “adaptación” se va a dar sin problemas.

Escoger un veterinario apropiado va a ser fundamental para la salud de tu gatito. Es ideal que sean especializados en felinos, ya que el trato se diferencia de los perros enormemente en varios aspectos, desde la simple aplicación de un antipulgas hasta la manera de hacer revisiones en una consulta.

Además, el estrés es un inmunosupresor en los gatos y llevarlos a veterinarias donde atienden perros puede ser una experiencia bastante incómoda para ellos. Sumado a esto, existe el riesgo de un mal diagnóstico o tratamiento en un lugar donde no sepan tanto sobre felinos. Los gatos suelen esconder sus malestares y los veterinarios estudian sobre la salud de varias especies distintas. No podemos esperar que sepan sobre todas por igual.

Cuando quieras trasladar a tu gato de un lugar a otro, necesitarás un transportador. Pueden ser de tela o de plástico y deben permitir la libre circulación de aire para evitar golpes de calor.

De la misma manera, lo más probable es que le incomode salir de casa y llevarlo cargado cuando está asustado puede ser muy peligroso. Aunque les guste estar cargados, es impredecible la cantidad de cosas que pueden suceder que hagan que pierda la calma y te haga daño a ti o se escape y se haga daño a sí mismo.

Hay que asegurar las ventanas y balcones con mallas protectoras. Es una creencia popular que los gatos siempre caen de pie, y probablemente sea cierto en la mayoría de los casos, pero eso no va a evitar que una caída de un piso alto sea fatal. Tampoco es cierto que nunca se caigan porque tienen buen equilibrio.

De hecho, pasa más seguido de lo que se cree y no existe un motivo válido para correr ese riesgo. Finalmente, así sea un primer o segundo piso, las mallas evitan que se escapen y se pierdan o se contagien de enfermedades virales de gatos callejeros, en especial en Perú que tiene una alta prevalencia de ellas.

La alimentación es la base de la salud de tu gatito; mientras mejor sea su comida, mejor estará tu gatito. Las comidas más económicas adicionan harinas, sales y saborizantes a sus productos, ingredientes que dañan a nuestros gatos a largo plazo, engordándolos con las harinas y formando piedritas en sus vías urinarias por las sales. Es importante alimentarlos con comida seca (pienso) y comida húmeda (paté), ya que debemos aportar mayor hidratación.

Crecer junto a una mascota ayuda a que los niños sean más empáticos y responsables, ya que aprenden a cuidar de una vida. Del mismo modo, estar con animalitos ayuda a reducir las chances de tener alergias en el futuro.

Si ya tienes uno o más gatos en casa, no olvides que antes de juntarlos con un nuevo gatito, todos deben tener un descarte de sida y leucemia felina, vacunas al día, y haber pasado por una cuarentena de al menos un mes.

Si están al día con su plan de salud, es menos probable que se contagien de algún virus. Por otro lado, la introducción se debe realizar por etapas, iniciando con la olfativa, luego visual y finalmente podrán juntarse.

Este proceso puede demorar semanas, pero siempre debemos ir al ritmo de nuestros gatitos. Tratar de acelerar el proceso puede causar que tengan una mala experiencia y puede significar empezar desde cero.

La adopción más fácil es cuando te encuentras un gatito en la calle y decides quedártelo. Toda la vida del gatito dependerá de ti, así que tendrás que asegurarte de rehabilitarlo correctamente para que esté bien de salud.

Si decides adoptar un gatito que fue rescatado por alguien más, considera que la mayoría de personas tienen un proceso de adopción, el cual debe ser respetado.

Es importante consultar los procedimientos por los que ha pasado el gatito, para tener más claridad sobre su estado de salud. Algunas organizaciones formales de rescate y adopción tendrán un proceso más riguroso y una tarifa de adopción, lo cual ayuda a que su servicio de rescate sea sostenible.

Tener una mascota implica contar con el tiempo para sus cuidados, no tenerla de adorno o como peluche. Los gatos necesitan tener una rutina armada, con horas de juego y engreimientos. Es una creencia popular muy errónea, que los gatos son independientes y no necesitan de los humanos.

Un gato necesita varias sesiones cortas de juego al día. También necesita que lo peinen, que limpien su arenero, que su comida y agua estén frescas, y más.

Un gatito bien cuidado puede vivir hasta 15-20 años, así que debes considerar que estará contigo por toda su vida. Otro aspecto importante del compromiso es: ceder para permitir que el gato tenga su espacio y sus implementos necesarios, incluyendo rascadores o incluso una gatificación.