¿Lo consumes a menudo? Este popular alimento puede aumentar tu riesgo de diabetes tipo 2
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Crujientes, sabrosas y casi irresistibles: las papas fritas se han convertido en el acompañamiento estrella de millones de personas en el mundo. Pero un reciente estudio advierte que comerlas con frecuencia al menos tres veces por semana podría aumentar de manera considerable el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Lo que reveló la investigación
La Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en colaboración con la revista British Medical Journal, realizó un seguimiento de más de 200 mil hombres y mujeres durante tres décadas. Los resultados fueron alarmantes: quienes consumían papas fritas tres veces por semana tenían un 20 % más de probabilidades de padecer diabetes tipo 2, a diferencia de quienes optaban por versiones horneadas, hervidas o en puré.
“Encontramos que comer papas fritas estaba relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, pero otros tipos de papas no mostraron el mismo efecto”, explicó Seyed Mohammad Mousavi, investigador de Harvard.
¿Por qué las frituras son tan dañinas?
El problema no está en la papa en sí, sino en el proceso de fritura. Al cocinarse en aceites industriales, las papas se cargan de grasas trans, calorías vacías y un alto índice glucémico que impacta directamente en los niveles de azúcar en la sangre. Esto, sumado a la pérdida de nutrientes, convierte a este plato en una bomba poco saludable cuando se consume en exceso.
Alternativas más saludables
El mismo estudio concluyó que reemplazar las papas fritas por cereales integrales como arroz, quinoa, pan o pasta integral puede reducir el riesgo de diabetes hasta en un 19 %. Incluso consumir papas al horno, hervidas o en puré, sin añadirles exceso de grasa, es una opción mucho más segura.

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No se trata de prohibirlas, sino de reducir su consumo
Los investigadores aclararon que no es necesario desterrar las papas fritas de la dieta, pero sí moderarlas. “Reducir el consumo marca la diferencia: pasar de tres porciones a una por semana podría ayudar a disminuir el riesgo”, señaló Mousavi.
En conclusión, la amenaza no recae únicamente sobre la papa, sino sobre la forma en que se prepara. Y aunque nadie puede negar que las papas fritas son deliciosas, el estudio deja claro que disfrutarlas con menos frecuencia podría ser la clave para cuidar la salud a largo plazo.









