Coronavirus: Fin de la pandemia por COVID-19 podría afectar seriamente la salud mental
Únete al canal de Whatsapp de WapaLa Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hoy de las consecuencias para la salud mental que está teniendo el coronavirus en el mundo y las que va a tener en el futuro, con un posible aumento de suicidios y de trastornos, e instó a los gobiernos a no dejar de lado la atención psicológica.
"La situación actual, con aislamiento, miedo, incertidumbre y crisis económica, puede causar trastornos psicológicos", advirtió en una rueda de prensa digital Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.
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Este organismo considera probable "un aumento a largo plazo del número y la severidad de los problemas de salud mental" por el "sufrimiento inmenso de cientos de millones de personas" y los costes económicos y sociales a largo plazo para la población.
Pese al riesgo, y probablemente debido a la magnitud de la crisis, las necesidades en salud mental "no están recibiendo la atención que requieren", algo que se agudiza por la falta de inversión y prevención en este terreno antes de la llegada de la pandemia.
Los grupos en mayor riesgo, señala Kestel, son "los sanitarios y personal de primera respuesta, con la ansiedad y estrés que están viviendo, niños y adolescentes, mujeres con riesgo de violencia doméstica, los mayores, por el riesgo de ser infectados, personas con condiciones mentales preexistentes u otras enfermedades, que tiene más difícil seguir recibiendo tratamiento".
Aunque la del COVID-19 es una crisis de salud física, apunta, "el impacto en la salud mental es significativo y podría generar mayores dificultades si no se le hace frente correctamente".
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Por ello, la OMS insta a los países a no desatender este tipo de atención, estudiar las necesidades de todos los sectores y garantizar que el apoyo psicológico está disponible como parte de los servicios esenciales.
Se ha detectado un incremento de la prevalencia de la angustia, de por ejemplo un 35% en China, un 60% en Irán o un 40% en Estados Unidos, tres de los países más afectados por la pandemia, que ha provocado ya más de 285.000 muertos e infectado a más de cuatro millones personas en el mundo.