El ATERRADOR caso de Hedviga Golik: Mujer muere SOLA en su departamento y la encuentran momificada

El inquietante caso de Hedviga Golik conmocionó a Croacia cuando, tras más de cuatro décadas, hallaron su cuerpo momificado dentro de su propio departamento. La mujer vivía falleció sola y así permaneció durante 42 años sin que nadie reportara su ausencia. Esta noticia atrapó la atención en el mundo entero y distintas versiones de lo ocurrido fueron surgiendo con el tiempo.

Distintas fotografías se difundieron en su momento, afirmando que Golik había muerto mientras veía televisión y su cuerpo habría sido hallado momificado 42 años más tarde, dejando ver entre sus manos una taza de té.

Con el paso del tiempo, nuevas investigaciones permitieron desmontar varios de los elementos más llamativos del caso de Hedviga Golik. El Instituto de Medicina Forense y Criminalística practicó la autopsia correspondiente, pero el avanzado estado de momificación del cadáver impidió determinar la causa precisa de su muerte.

Según las autoridades, es posible que la mujer haya fallecido durante una temporada fría, y que las condiciones dentro del apartamento, cerrado, seco y sin alteraciones, contribuyeran a frenar el proceso de descomposición, facilitando así la momificación natural del cuerpo.

Entre los rumores más persistentes que circularon tras el hallazgo figuraba una escena sacada de una película: Golik habría sido encontrada frente al televisor, con una taza de té a su lado, y el aparato aún encendido.

Sin embargo, usuarios de Skeptics Stack Exchange realizaron un análisis de los informes originales publicados en medios croatas y concluyeron que no hay ninguna evidencia que respalde esa versión. En realidad, los reportes contemporáneos señalan que el cuerpo fue encontrado sobre la cama, sin ninguna referencia a un televisor ni a una taza.

Todo indica que dicha escena pudo haberse confundido con el caso de Joyce Vincent, una mujer británica cuyo cuerpo fue hallado en 2006 frente a un televisor prendido, tres años después de su fallecimiento. La coincidencia entre ambas historias habría dado lugar a una fusión de hechos y a la posterior difusión de datos incorrectos.

Durante años, el apartamento donde vivía Hedviga Golik permaneció cerrado sin levantar sospechas. Algunos vecinos recordaban haberla oído decir que se ausentaría por un tiempo, lo que alimentó rumores insólitos, como la posibilidad de que se hubiera unido a una secta en la entonces República Socialista de Macedonia. Estas suposiciones, sumadas al silencio del lugar, ayudaron a que su desaparición pasara inadvertida.

Un detalle que desconcertó a muchos fue que, supuestamente, las facturas del hogar se seguían pagando automáticamente desde su cuenta bancaria. Esta explicación fue ampliamente aceptada durante años, hasta que una investigación reveló lo contrario.

Según los datos recabados, fue el propio arquitecto del edificio quien se encargó de cubrir los gastos del departamento por voluntad propia. Mantuvo los pagos hasta su muerte, ocurrida en 2005. Solo entonces, al cesar los abonos, los residentes comenzaron a notar que algo no estaba bien con el pequeño apartamento que llevaba años clausurado.

Ubicado en una buhardilla de apenas 18 metros cuadrados, el espacio fue centro de disputas legales en los años 90. Algunos vecinos intentaron reclamarlo alegando abandono, pero la situación jurídica nunca se resolvió.

Todo cambió en mayo de 2008, cuando tres integrantes del consorcio de inquilinos decidieron forzar la entrada. Lo que encontraron los dejó sin aliento: el cuerpo momificado de Hedviga Golik yacía en la cama, cubierto con mantas, en medio de una escena congelada por el tiempo y cubierta de polvo y telarañas.