Ella Baila Sola Capítulo I

Dejé a mi novio, a  mi perra, a mi familia, a mis amigos, mi trabajo, mi casa. Mi estilo de vida lo cambié por vivir en otro sistema, lejos de la ciudad – muy lejos – otros sabores, otras ideas, otras maneras de hacer las cosas, otras nociones de éxito, otros paisajes, otros horarios, otra rutina.

Pero creo que lo más difícil para mí, es cambiar de hacer cinco actividades distintas al día como mínimo, a hacer solo una: estudiar Televisión y Nuevos Medios en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños en Cuba. No imaginaba nada. Era un espacio vacío en mi mente. Sólo sabía que era la escuela más importante de Latinoamérica y que Gabriel García Márquez, mi escritor favorito, la había fundado.

¿Cómo decides dejar todo lo que tenías por algo desconocido?

Tal vez tiene que ver con mi acercamiento a la muerte. Tuve cáncer en el 2013 y desde ahí decidí que haría lo que me provocara con mi vida y me provoca mucho poder actuar en historias distintas. Pero no estoy estudiando actuación. Estudio producción: crear una historia, desarrollarla y hacerla realidad.

Preparé cuatro maletas, mi vida entera entraba en cuatro maletas, cien kilos en total. Y hoy me doy cuenta de que no necesito ninguna, tal vez mi laptop para poder escribir y listo. Tenía 26 años, una carrera de actriz que no había parado desde mis 16 años, una casita, un carrito lindo que no me traiciona nunca y el amor incondicional de mi perra. Por supuesto, dejarla nunca fue parte del plan, era solo una estrategia.

Creo de mí, que soy una persona bastante sola, por no decir independiente, que creo que es distinto. Pero sola sí, eso he sido siempre. De pequeña me tocó defenderme sola, hacer amigos sola y consolarme sola. Estoy lista para vivir en una isla con películas y obras de teatro. No necesito hacer amigos nuevos, no necesito que nadie me cuide cuando me enferme porque me prometo no enfermarme allá, no necesito que nadie me abrace porque ya sé cómo hacerlo sola. Y así, me mantuve 3 meses. Por supuesto seguía sostenida de una manera muy potente por mi ex novio con quien todavía hablaba mucho.

Sentía mucha fortaleza en mí. Sentía que, aunque tímidamente, iba aprendiendo en la escuela, más de mis compañeros que de mis profesores porque ¡vamos! Una clase la hacen todos y todas, no solo quien la dicta. Con el tiempo, veía que el resto de compañeros y compañeras la pasaban mejor que yo, pero no me involucraba. De clase a la videoteca, a leer los libros anotados en mi cuaderno y a ver las películas que aparecen en esos libros. No me sabía involucrar con nadie, siempre he sido bastante asocial. Hasta que eso comenzó a pesarme.

Llevo ya dos años y dos amores en ese lugar, por supuesto que me enfermé, por supuesto que me cuidaron. Hay muchas cosas que sigo sufriendo estando allá, muchas personas y charlas que extraño. Pero ahora no sé cuál es mi lugar. Esa habitación gigante con vista a la hermosa pradera cubana por donde todas las mañanas pasan vacas y tractores o si este, en Lima donde hay cada vez más autos y donde ya no vivo con mis mejores amigos pero donde siempre estará mi familia y sus palabras.  ¿Esta sensación de tener dos hogares o tal vez ninguno desparecerá?

Ella baila sola es el diario personal de mi vida en Cuba. No sé si conseguiré respuestas certeras o nuevas preguntas, pero te invito a leerlo y así acompañarnos. Juntas somos un poquito más fuertes… y felices.