El consumo de aspirina para prevenir infartos puede causar más daños que beneficios, advierten expertos
Únete al canal de Whatsapp de WapaLa aspirina es uno de los medicamentos más comunes en las botiquinas de millones de personas alrededor del mundo, conocido principalmente por su capacidad para aliviar dolores menores como dolores de cabeza, espalda y musculares. Sin embargo, su uso va más allá del alivio del dolor: se ha convertido en un medicamento clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares, al actuar como un anticoagulante y reducir el riesgo de infartos. Tomar una dosis diaria se ha considerado una estrategia preventiva popular, especialmente en personas en riesgo de sufrir un evento cardiovascular.
La aspirina y su efectividad en la prevención de enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares, que engloban una variedad de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, son la principal causa de muerte en todo el mundo, con cerca de 18 millones de personas falleciendo anualmente, según la Organización Mundial de la Salud. Esto hace que la prevención sea crucial, pero también exige que los medicamentos utilizados sean evaluados de manera rigurosa para asegurar que no causen más daño que beneficio.
Recientemente, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) llevó a cabo una exhaustiva revisión de estudios clínicos para analizar los verdaderos beneficios de la aspirina en la prevención de infartos y otros problemas cardiovasculares. La revisión no solo evaluó la efectividad de la aspirina, sino también los riesgos asociados, especialmente el aumento en las probabilidades de sufrir hemorragias, uno de los efectos secundarios más graves del medicamento.
¿Debes seguir tomando aspirina para la prevención de infartos?
A pesar de que la aspirina ha sido considerada durante años una opción preventiva sólida, los resultados de la investigación han llevado a una importante actualización en las recomendaciones. Para adultos de entre 40 y 59 años con un alto riesgo de sufrir problemas cardiovasculares (aquellos con un 10% de probabilidad de tener un evento en los próximos 10 años), la aspirina podría ofrecer beneficios limitados. Sin embargo, los expertos insisten en que esta es una decisión personal, ya que el riesgo de hemorragias podría superar las ventajas en prevención.
Para las personas mayores de 60 años, la conclusión es aún más contundente: no hay suficientes beneficios para justificar el uso de aspirina como prevención de enfermedades cardiovasculares. Por esta razón, el USPSTF no recomienda iniciar su uso en este grupo de edad.
Este giro en las recomendaciones subraya la importancia de hablar con un especialista antes de continuar o iniciar un tratamiento preventivo con aspirina. Dejar de tomarla o explorar alternativas debe ser una decisión tomada con el acompañamiento médico adecuado, para asegurarse de que la estrategia elegida sea la más beneficiosa para cada individuo, sin comprometer la salud.
Es fundamental que quienes consideren o ya estén tomando aspirina como medida preventiva reevalúen su uso con un profesional para asegurarse de que realmente están tomando la mejor opción para su salud a largo plazo.