¿Cómo afecta el estrés en tu rostro y cuero cabelludo? Dermatóloga explica

El estrés está afectando todos los aspectos de la vida de la gente, desde el trabajo a sus relaciones personales, pasando por los hábitos de sueño, la alimentación y, sobre todo, la salud, la cual puede sufrir repercusiones negativas muy concretas en diferentes partes del cuerpo humano, como por ejemplo el rostro y el cuero cabelludo.

De acuerdo con la dermatóloga del hospital Nacional Dos de Mayo, Lucia Bobbio Fujishima, quien señaló que el estrés es una de las causas más importantes de la dermatitis seborreica.

La doctora Bobbio explicó que esa enfermedad es una afección cutánea caracterizada por la aparición de placas escamosas en zonas con mayor cantidad de glándulas sebáceas como el rostro, cuero cabelludo, entre otros.

"Cuando las personas están sometidas a períodos de estrés hay un cambio en la composición y en la cantidad del sebo, que se manifiesta clínicamente con la presencia de escamas en la cara y caspa en el cuero cabelludo", declaró la experta a la Agencia Andina.

Según datos proporcionados por la especialista, entre el 2% y 5% de la población peruana padece dermatitis seborreica y es un motivo frecuente de consulta.

"Muchos pacientes viven perturbados por este problema y les resulta desagradable a unos más que otros, pero hay que evitar el estrés y la tensión", subrayó.

La experta dijo que a partir de la adolescencia y, generalmente, en varones se presentan la mayor cantidad de casos de esta enfermedad, porque tienen mayor producción de sebo. "Luego se puede ver un pico marcado entre los cuarenta y cincuenta años", acotó.

La especialista sugirió tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:

Acudir al dermatólogo. Se les evaluará y se les recetará shampoos a base de antifúngicos. Igualmente, se les indicará el uso de corticoide en lociones o cremas, según el área afectada.

Higiene adecuada. Una limpieza de cara en el día y la noche con un jabón adecuado, que no sea comercial. La limpieza juega un papel muy importante.

Evitar el estrés. Realizar ejercicios, trotar, caminar o practicar algún deporte. Si es necesario, recibir apoyo psicológico de un especialista.