¿Ducha o baño? Conoce cuál es mejor para la salud

Una de las formas más comunes de empezar el día con la mente despejada y acabar con la flojera es tomar una ducha; sin embargo, hay personas que prefieren cambiar la ducha diaria por varios baños durante la semana, dejándonos así con la siguiente pregunta: ¿cuál es la fórmula definitiva?

Es importante mencionar que, la hora de la ducha depende de los hábitos personales y, también, del clima de la zona en la que se vive. Por ello, a continuación, te explicamos los pros y contra de cada uno. ¡Atenta y toma nota!

Esta es una opción rápida y matutina que se realiza para despejarse y, con ayuda de un buen desayuno, empezar bien el día. Asimismo, si a ello le añades productos de pH neutro (o usar el gel en días alternos), y optar por agua fría, se convierte en un hábito perfecto.

No obstante, aunque parezca mentira, el exceso de higiene derivado de muchas duchas puede afectar a la salud de nuestras dermis, por esta razón es importante hidratar la piel con alguna crema.

Cabe destacar que, aunque pueda ser peor por la frecuencia, es un sistema más limpio que el baño, ya que el agua está corriendo todo el tiempo, en lugar de estar estancada (el medio ideal para algunas bacterias, como la Pseudomonas Aeruginosa, y los hongos).

Aunque muchos no lo crean, bañarse puede gastar menos agua que una ducha larga de lunes a domingo. Además, nuestra piel prefiere esta modalidad, frente a frecuencia diaria de limpieza, ya que ayuda a mantener la capa de grasa que cubre nuestra piel y la protege de cualquier tipo de amenaza externa.

Del mismo modo, el baño favorece la renovación dérmica, para la cual hacen falta, al menos, unos 20 minutos en remojo de forma uniforme, mientras que en la ducha sustituimos este proceso por otro más abrasivo: frotar con geles de pH poco neutro que dañan el manto graso de la piel.

Sin embargo, el baño no es una forma de higiene apta para las temperaturas habituales ya que la sudoración es mayor y la necesidad de darse una buena ducha también.