Errores al bañarte que afectan tu salud y probablemente cometes a diario
Únete al canal de Whatsapp de WapaLa ducha diaria es una práctica esencial en nuestra rutina de higiene personal. Sin embargo, ciertos hábitos durante el baño pueden ser perjudiciales para nuestra piel y salud en general. A continuación, exploramos algunos de los errores más comunes al ducharse y cómo corregirlos para mantener una piel saludable.
1. Uso de agua demasiado caliente
Aunque una ducha caliente puede ser reconfortante, especialmente en climas fríos, el agua a altas temperaturas puede eliminar los aceites naturales de la piel, provocando sequedad e irritación. La dermatóloga Ana Molina advierte que el agua muy caliente es "deslipidizante", es decir, elimina la fina capa de grasa que protege la piel, dejándola más seca y propensa a picores.
2. Elección inadecuada de productos de higiene
Utilizar jabones o geles con un pH inadecuado puede alterar el equilibrio natural de la piel. La piel humana tiene un pH ligeramente ácido, alrededor de 5.5, y el uso de productos demasiado alcalinos puede eliminar la microbiota cutánea, un conjunto de microorganismos beneficiosos que actúan como defensa natural.
3. Duchas prolongadas
Pasar demasiado tiempo bajo la ducha puede parecer inofensivo, pero prolongar el baño más allá de 10 minutos puede disminuir la capa protectora de grasa de la piel, exponiéndola a microorganismos patógenos. Los expertos recomiendan limitar la duración de la ducha para preservar la integridad de la barrera cutánea.
4. Uso de esponjas y estropajos
Aunque las esponjas pueden ayudar a exfoliar la piel, su uso indebido puede causar más daño que beneficio. Las esponjas pueden albergar bacterias si no se secan adecuadamente, y su uso excesivo puede irritar la piel. Es recomendable utilizarlas con moderación y asegurarse de que estén limpias y secas entre usos.
5. Secado agresivo con la toalla
Frotar la piel vigorosamente con la toalla después de la ducha puede aumentar la resequedad y dañar la barrera cutánea. Es preferible secar la piel con toques suaves y utilizar toallas de microfibra que absorban mejor la humedad sin causar fricción excesiva. Corregir estos hábitos en nuestra rutina de baño puede marcar una diferencia significativa en la salud y apariencia de nuestra piel. Pequeños cambios, como ajustar la temperatura del agua, elegir productos adecuados y ser gentiles al secarnos, contribuyen a mantener una piel más saludable y protegida.