La joven con Síndrome de Down que aprovecha la cuarentena para crear bisutería
Únete al canal de Whatsapp de WapaCarmen Álvarez, de 18 años y con síndrome de Down, es un joven emprendedora que aprovecha la cuarentena para desarrollar nuevos diseños y trabajarlos a otro ritmo, "con más tranquilidad, sin prisas".
Así, con ilusión y mucho tesón, afronta el confinamiento Carmen Álvarez Rodríguez, una joven gallega que ha sacado adelante Carmelamola, una marca de bisutería "online" que en estos momentos de confinamiento y crisis ve cómo sus pedidos no están teniendo salida.
"Hay que protegerse y estar en casa, hay un virus peligroso", ha explicado a Efe, Carmen Álvarez, quien, muy consciente, recuerda, cuando habla del COVID-19, que "hay que lavarse las manos mil veces y no salir de casa".
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Después de que el Gobierno declarara el estado de alarma, Carmen, que es una persona con alto riesgo, no sale de casa para nada: "Estoy feliz: trabajo mis joyas con calma, sin prisas, a mi ritmo".
Reconoce que lleva "muy bien" el confinamiento, "pero a la mínima que oigo toser a alguien le pregunto si tiene el virus", dice esta emprendedora que esta aprovechando el tiempo al máximo para hacer nuevos modelos.
Despierta, sonriente, esta coruñesa a quien le encanta bailar y cantar ha sido capaz de abrirse camino al crear, con el respaldo de su familia, su propia marca de bisutería, Carmelamola, un proyecto de pulseras y colgantes que no solo está siendo avalados por sus clientes, sino que también ha recibido distintos reconocimientos, como el premio e-Woman al mejor negocio "on line".
"Ha sido finalista del galardón de la fundación Garrigou y también del premio que convoca la Xunta de Galicia para la juventud", advierte su madre, Ana Rodríguez, quien reconoce que Carmen "está encantada" de ser famosa y de tener tantos seguidores en las redes sociales.
"Me encanta lo que hago", asegura esta joven, al tiempo que cuenta que sus colgantes son "chulos, están guay" y, además con orgullo, dice que tiene "pedidos de toda España e, incluso, de otros países de Europa".
Carmen tiene dieciocho años y pronto va a acabar su etapa escolar. No es habitual que las personas con síndrome Down se dediquen a la joyería, pero ella tiene claro que su futuro laboral es la bisutería, "sobre todo los colgantes, que son los más 'chulis'", aunque se lamenta que ahora han bajado las ventas "con esto del virus".
Emprendimiento y diversidad son palabras difíciles de utilizar en la misma frase. Por el momento, Carmen Álvarez sigue con esta aventura de incierto futuro, pero por el momento mantiene altas la esperanza y la autoestima.
EFE