¿Melón o sandía partidos? La razón por la que una nutricionista te pide que NO los compres jamás
Únete al canal de Whatsapp de Wapa
Durante los meses más cálidos, frutas como el melón y la sandía ganan protagonismo en nuestra alimentación. Son hidratantes, ligeras y muy versátiles para incluir en el desayuno o como snack. No obstante, una práctica cada vez más extendida en los supermercados podría estar poniendo en riesgo la salud del consumidor sin que este lo note: comprar estas frutas ya partidas a la mitad y envueltas en film plástico.

LEER MÁS: ¿Quieres evitar la demencia? Este alimento diario podría ser tu mejor defensa mental, según estudio
La nutricionista Duna Nicolau ha hecho una advertencia contundente a través de redes sociales y medios especializados: no consumir melón ni sandía ya cortados y expuestos sin refrigeración adecuada. Según la experta, esta presentación, que puede parecer inofensiva, puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias si no se siguen correctamente las normas de higiene y conservación.
¿Por qué no es seguro comprar fruta partida?
“El melón y la sandía poseen una cáscara dura que cumple la función de proteger la pulpa interna de bacterias y otros agentes contaminantes del ambiente”, explica Nicolau. “Pero una vez abierta la fruta, esta barrera desaparece y la pulpa queda completamente expuesta a microorganismos como Listeria, Escherichia coli o Salmonella”.
Estos patógenos, aunque imperceptibles, pueden estar presentes en la superficie de la fruta por haber estado en contacto con tierra, abonos o agua contaminada durante su cultivo. Si la piel no se limpia de forma adecuada antes de cortarla, y si además se emplea un cuchillo sucio, las bacterias pueden transferirse fácilmente al interior.


TAMBIÉN LEER: Hombre de 101 años revela el alimento prohibido si quieres alcanzar su longevidad sin enfermar
La dietista también señala otro peligro frecuente en los establecimientos: romper la cadena de frío. “En muchos supermercados, estas frutas ya partidas permanecen a temperatura ambiente durante largo tiempo”. Esto supone un gran riesgo, ya que una vez abierta, la fruta debe refrigerarse sin demora. Su pulpa húmeda, rica en azúcares y expuesta al calor, se convierte en un entorno ideal para que las bacterias se reproduzcan.
¿Qué recomiendan los organismos de salud?
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), insisten en que los alimentos frescos y listos para el consumo, como las frutas ya cortadas, deben conservarse a una temperatura inferior a los 5 °C. Si esto no se cumple, entran en lo que se denomina una “zona de peligro microbiológico”, donde los microorganismos pueden multiplicarse con rapidez.









