¿Por qué no debes dejar los platos sucios por la noche? Esta es la terrorífica historia que te hará pensarlo dos veces
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Aunque no lo creas, dejar para el día siguiente el lavado de los platos sucios podría tener consecuencias para tu casa que ni te imaginas, por lo que lee atentamente lo que cuenta esta leyenda urbana sobre este tema.
Siempre hay ruidos que aparecen en las casas; algunos se atribuyen al exterior, sin embargo, hay otros motivos que no se pueden explicar y, pese a que los escuchamos, no les damos mucha importancia.
Además, si hablamos de higiene, es posible que lleguen cucarachas o ratas y que luego puedan generar un susto o enfermedades.
¿Por qué no se puede dejar los platos sucios por la noche?
De acuerdo a una leyenda urbana, dejar los platos, vasos y utensilios como tenedores, entre otros, es una mala decisión. Esto se debe a que se considera una invitación a los "espíritus hambrientos".
Existen creencias de tiempos pasados transmitidas por abuelas y tatarabuelas, que afirman que durante las noches rondan espíritus hambrientos que "se alimentan" en las madrugadas. Por lo tanto, dejar platos y otros utensilios de cocina sucios era como una invitación para ellos.
Según la creencia, se sostiene que los espíritus experimentan una sensación de hambre, lo que lleva a la suposición de que pueden consumir los restos de comida de manera similar a si estuvieran vivos. Esto a menudo se atribuye a la detección de sonidos inusuales, ya que se cree que los espíritus pueden manifestar su incapacidad para hacerlo.
¿Qué pasa si ya no se dejan los platos sucios por la noche?
Aunque en la mayoría de las situaciones, el resultado más extremo sería escuchar sonidos poco habituales en la cocina, la tradición transmitida por las abuelas advierte que la verdadera amenaza emerge cuando estos seres se percatan de la ausencia de restos de comida, lo que los lleva a buscar nutrirse del espíritu de aquel que se encuentre en proximidad.
Por lo tanto, es recomendable, antes de irse a descansar, invertir un pequeño intervalo de tiempo en la tarea de limpiar la cocina, arreglar la mesa y lavar los platos sin asear, con el fin de evitar la presencia de visitantes no deseables que podrían comprometer el bienestar espiritual de las personas, como lo son los espíritus hambrientos y los despiadados carniceros.










