Desviar la mirada al discutir puede revelar incomodidad, evasión o incluso falta de conexión emocional, de acuerdo con la psicología.
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Las discusiones en pareja no solo se entienden por las palabras que se dicen, sino también por los gestos y la comunicación no verbal. Uno de los más frecuentes es cuando la otra persona desvía la mirada durante una conversación acalorada. ¿Es falta de interés, evasión o simplemente una reacción natural? La psicología ofrece varias respuestas que pueden ayudarnos a interpretar este comportamiento.
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De acuerdo con la psicóloga clínica María Alejandra Salas, especialista en terapia de pareja, el 70% de la comunicación está compuesta por elementos no verbales, como la postura, los gestos o la dirección de la mirada.
“Cuando alguien aparta los ojos en medio de una discusión, no necesariamente significa que no le importe, sino que su sistema emocional está buscando una forma de autorregularse”, señala.
Esto quiere decir que, más allá de un gesto de indiferencia, desviar la mirada puede ser un intento inconsciente de reducir la tensión y evitar un enfrentamiento más fuerte.
Según la psicología cognitivo-conductual, el ser humano tiende a recurrir a mecanismos de defensa cuando se siente atacado. En este sentido, apartar la mirada puede indicar evitación o ansiedad.
La especialista explica: “Muchas personas encuentran en la mirada un detonante de presión. Mantener contacto visual durante una discusión intensa puede incrementar el estrés y llevar a respuestas agresivas, por lo que apartar los ojos funciona como una estrategia para no empeorar la situación”.
Además, algunos individuos lo hacen de manera automática, pues su cerebro asocia la confrontación directa con peligro o con recuerdos de experiencias negativas previas.
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Otro de los significados que puede tener este gesto es la sobrecarga emocional. La psicóloga advierte que cuando la discusión es demasiado intensa, el cerebro puede necesitar un respiro para procesar lo que está ocurriendo.
“En ocasiones, apartar la mirada es una manera de ganar tiempo para pensar mejor la respuesta, y no siempre debe interpretarse como desinterés o falta de amor”, enfatiza Salas.
Sin embargo, sí puede convertirse en un problema cuando el gesto es constante y va acompañado de indiferencia, silencio prolongado o actitudes evasivas, ya que podría reflejar falta de disposición para resolver los conflictos.
Frente a este tipo de conductas, los especialistas recomiendan no sacar conclusiones precipitadas. Lo ideal es hablar en un momento de calma y preguntar qué siente la otra persona cuando desvía la mirada.
“Lo más sano es validar la emoción y buscar acuerdos. Si la pareja necesita un espacio para tranquilizarse antes de continuar la conversación, es importante respetarlo”, afirma la psicóloga.
Asimismo, en casos donde este gesto se repite constantemente y genera malestar, puede ser útil acudir a terapia de pareja para aprender nuevas herramientas de comunicación y resolución de conflictos.
Desviar la mirada en medio de una discusión no siempre significa falta de interés o amor, sino que puede ser un reflejo de ansiedad, evasión o necesidad de regulación emocional. Comprender este gesto desde la psicología permite que las parejas construyan una comunicación más empática y menos reactiva.