Las manifestaciones en Centro de Lima tras el golpe de Estado a Martín Vizcarra provocaron que la Policía Nacional del Perú recurra a la fuerza y al uso de bombas lacrimógenas en busca de dispersar a los protestantes y controlar el caos.
Sin embargo, esto generó grandes estragos en personas que viven alrededor. Es el caso de un padre de familia, quien tuvo que salir de su vivienda ubicada en jirón Contumaza para pedirles a los agentes evitar el uso de los aparatos disuasivos ya que la salud de su menor hijo estaba siendo afectada.
“Tengo un hijo de año y medio que está que se ahoga, ¿pueden dejar de tirar eso? Acá es una quinta, por favor”, exclamó el hombre que salió con una mascarilla para protegerse de los gases.
Este no fue un hecho aislado. Desde sus ventanas, otros vecinos se sumaron al rechazo de uso de las bombas porque los afectaba, especialmente a los más pequeños y adultos mayores.
Según Canal N, el uso indiscriminado de bombas lacrimógenas se produjo luego que efectivos de la Unidad de Servicios Especiales de la PNP dispersaron a los manifestantes que estaban en la plaza San Martín para liberar esa zona.
El día de ayer, los lugares más afectados en Centro de Lima por estos gases fueron los jirones Carabaya, Lampa, Lino Cornejo y otros. El general Jorge Luis Cayas, jefe de la Región Policial Lima, indicó que alrededor de 600 policías fueron desplegados al centro de la ciudad para poder controlar los disturbios.