La muerte de un ser querido a causa del coronavirus impone un reto enorme para sus familiares, quienes nunca más podrán tener contacto con su cuerpo, negándoles así la posibilidad de honrarlos en un velorio o iniciar un proceso habitual de duelo. ¿Qué salidas existen para no quedarse atrapado emocionalmente en esta etapa tan dura?
Semanas atrás, el Ministerio de Salud informó que toda muerte sospechosa de Covid-19 será manejada como caso confirmado, es decir los fallecidos en estas circunstancias serán cremados o inhumados de acuerdo con las normas sanitarias aprobadas para prevenir y controlar la diseminación del coronavirus.
MIRA TAMBIÉN: COVID-19: Cientos de policías se arrodillan y ruegan a Dios por resistencia y sabiduría [VÍDEO]
La experta en Salud Mental, Vanessa Herrera, destacó que en culturas como la nuestra no hay costumbre de cremar a nuestros familiares y, por el contrario, la despedida arranca con un adiós físico, donde está incluido preparar el cuerpo del fallecido para una ceremonia, donde casi siempre hay público, oraciones y un rito de despedida.
Situaciones como éstas pueden generar procesos de negación, no aceptación y un sufrimiento incrementado alrededor del ser querido que ha perdido la vida a causa del Covid-19.
“Luego podemos responder con ira, rabia y una gran tristeza, para después, poco a poco, salir de esto y elaborar nuestro duelo, que siempre es necesario”.
La psiquiatra comentó que en circunstancias tan singulares como una emergencia nacional, donde no está permitido desplegar nuestros símbolos de despedida, debemos buscar ceremonias que cumplan la misma función.
“Cada familia tendrá que elegir el rito simbólico que mejor se adapte a su situación, buscando -en la medida que se pueda- un acompañamiento psicológico para atravesar este difícil momento. Recordemos que tenemos actualmente 155 centros de salud mental comunitarios que están trabajando para poder ofrecer un soporte vía telefónica. Mientras tanto pueden llamar al 113 del Ministerio de Salud”.
Aconsejó estar muy atentos a las emociones y sentimientos que expresen los sobrevivientes al fallecido (a), sobre todo cuando hay mucha angustia, a fin de evitar casos de depresión. Algunos síntomas de alerta son no poder dormir, ponerse agresivo, irritable con la familia y con uno mismo.
La doctora Herrera refiere que siempre habrá formas de cerrar el círculo doloroso de la muerte de alguien cercano o que quisimos mucho. Aún incluso si no tenemos la posibilidad de verlo nunca más.
“Podríamos realizar el acto simbólico de velar sus ropas, con una foto que nos los recuerde. Las personas más íntimas del ser querido podrían prender algunas velas en su honor”.
Recomendó que este tipo de cultos no se centren únicamente en la pena y el sufrimiento sino, y por el contrario, incorporar la esperanza, aquello que le encantaba a esa persona mientras estaba con nosotros.
“Podemos hacer una ceremonia con la música que disfrutaba. Recordar y valorar su aporte a nuestra vida en pareja, como padre, como madre, como hermano, hermana, como hijo o hija, como un ser humano valioso. No solo recordar su triste final, sino todo el desarrollo de su vida y desde la gratitud conectarnos con su imagen, su legado”, detalló.
Algunos podrían rezar, otros elegirán hacer un pago a la tierra, siempre desde lo disponible en un contexto tan complejo como el que impone la epidemia del coronavirus. Siempre habrá posibilidad de hacer algo que nos brinde tranquilidad y sosiego emocional.
TE PUEDE INTERESAR: ‘Familia ermitaña’ que habita en una cueva de un cerro de Huncavelica recibió ayuda de PNP
NO TE LO PIERDAS: Coronavirus: Médico llora y grita de impotencia tras colapso de hospital en Lambayeque
“Es importante no solo concentrarnos en la experiencia traumática de morir, en el estar entubado o lleno de aparatos, sino hablar de la experiencia de los muchos años que tuvimos con ese ser querido que ahora no está, de cómo contribuyó en el bienestar de la familia y de tantas personas. Concentrarnos en esos elementos positivos nos permitirá procesar mejor el duelo”, menciona Herrera.
Enfatizó que estas ceremonias de despedida simbólica deben desarrollarse siempre desde la gratitud, con un compromiso claro “de seguir con nuestro plan de vida y nuestro proyecto vital”, tal como les gustaría escuchar a quienes ahora estamos despidiendo de nuestras vidas.
Con información de: Agencia Andina.