Las enfermeras del centro de salud de San Rafael, en la provincia de Ambo (Huánuco), parecen estar abandonadas a su suerte. Ante la falta de utensilios médicos, como mascarillas, guantes y demás medidas protectoras, ellas se han visto obligadas a usar bolsas de plástico como medida de protección ante la pandemia del coronavirus.
Ubicadas en la primera línea de lucha para frenar el avance del COVID-19, están obligas a acudir al mercado de su comunidad para comprar bolsas de plástico para moldearlas y ajustar a sus cuerpos como única medida de protección y defensa contra el virus originado en Wuhan.
“Cortamos las bolsas e improvisar equipos de protección para cubrirnos los brazos, piernas y la cabeza. Lo hacemos todos los días porque también tenemos miedo contagiarnos y contagiar a nuestras familias”, narró una de las enfermeras.
Las enfermeras afirman que todos los días llegan miembros de la Policía Nacional del Perú (PNP) sospechosos de portar el virus, de los cuales hay dos efectivos que portan la terrible enfermedad. Ellas reclaman implementos como mascarillas, mandiles, malla para el pelo y guantes descartables.
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Según las enfermeras, las autoridades del nosocomio no se preocupan por su salud. Solo les han brindado implementos básicos de seguridad, más no lo realmente necesario para cuidar su integridad.
Además, pese a tener conocimiento del desabastecimiento de los recursos en este centro de salud, los encargados no hacen nada para solucionarlo.