Un nuevo descubrimiento pretende culminar con el reinado del coronavirus. La vitamina D acaba de emerger con potencia inusitada en una serie de informes que aparecieron en cadena en al menos tres de los más importantes medios científicos del mundo, todos ellos, advirtiendo el valor y consecuencias de su presencia o no en los pacientes.
Su baja asimilación está asociada con reacciones inflamatorias y disfunción inmune por lo que predispone a los individuos a infecciones severas.
Uno de las investigaciones publicadas por ClinOwl, plataforma especializada en el descubrimiento de contenido para profesionales de la salud, explica las diferencias que hay entre distintos grupos de población en cuanto a la susceptibilidad, gravedad y mortalidad por el nuevo coronavirus.
El estudio sostiene que esta deficiencia posiblemente explica la mayor tasa de mortalidad entre personas diabéticas, hipertensas y los adultos mayores. La deficiencia grave de esta vitamina está relacionada con la coagulopatía asociada a COVID-19, sostiene el documento.
Esta vitamina produce efectos antivirales por mecanismos tanto directos como indirectos. Mientras que su deficiencia puede aumentar la probabilidad de infección por virus como el retrovirus, la hepatitis y el dengue. La vitamina D ayuda además al metabolismo óseo, la autorregulación del calcio y las funciones del sistema inmune.
Otro informe de la prestigiosa revista científica JAMA ha descubierto que el tratamiento con vitamina D reduce la incidencia de infecciones virales del tracto respiratorio, especialmente en pacientes con deficiencia de este compuesto. Aunque el grupo de especialistas de la Universidad de Chicago, que estuvo a cargo de la investigación, dice "desconocer si la vitamina D está asociada con la incidencia de la enfermedad por coronavirus". Aún así, su conclusión indicó que "el estado de vitamina D probablemente deficiente se asoció con un mayor riesgo de COVID-19".
De hecho, se supo hoy (08 de setiembre) que un equipo de médicos y científicos de Mendoza y Buenos Aires que se dedicará a vincular la vitamina D con la COVID-19 en uno de los 64 trabajos que obtuvieron un subsidio de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).
De acuerdo con las declaraciones a Infobae, uno de los médicos integrantes del equipo, el doctor Walter Manucha, cree que "si se le dan altas dosis de vitamina D durante un tiempo a la gente que está en un estadío intermedio de la enfermedad —no la que está muy grave— hará que el paciente evolucione en forma positiva, que no se complique y se reduzcan las chances de ir a una terapia intensiva y ocupar un respirador". Esa será la hipótesis de trabajo del grupo.
El nobel estudio de los profesionales de Chicago —publicado en JAMA —proporciona la primera evaluación de la asociación de la deficiencia de vitamina D y el tratamiento potencialmente insuficiente con la prueba positiva de COVID-19. El análisis multivariable sugiere que las personas que probablemente tuvieran niveles deficientes de vitamina D en el momento de la prueba del nuevo coronavirus tenían un riesgo sustancialmente mayor de dar positivo por COVID-19 que las personas que probablemente tuvieran niveles suficientes.
El hecho de que no se haya encontrado que los pacientes con niveles deficientes de última vitamina D que recibieron un tratamiento aumentado tuvieran un mayor riesgo de COVID-19 en comparación con los pacientes con un nivel probable de vitamina D suficiente puede sugerir un efecto protector del tratamiento, pero los intervalos de confianza en las tasas estimadas para estos los grupos son demasiado amplios para excluir la posibilidad de ningún efecto del tratamiento.
"Nuestros hallazgos sobre el mayor riesgo de dar positivo en la prueba de COVID-19 con un estado de vitamina D probablemente deficiente en comparación con un estado probable de vitamina D suficiente contrasta con los hallazgos de un estudio reciente de un grupo de profesionales de Instituto de Salud de Glasgow en Inglaterra", explicó David O. Meltzer, encargado del grupo de médicos de Chicago.
Ese artículo evaluó la asociación entre la deficiencia de vitamina D y la prueba positiva de COVID-19 en el Biobanco del Reino Unido y no encontró una estadísticamente significativa. Sin embargo, los niveles de vitamina D estudiados estaban entre 10 y 14 años antes del diagnóstico de COVID-19, y el análisis no controló el tratamiento luego de evaluar los niveles.
"Cuando examinamos nuestros datos limitando los niveles de vitamina D a aquellos que estaban más distantes o no tenían en cuenta el tratamiento, también encontramos asociaciones más débiles de niveles deficientes de vitamina D con pruebas positivas para COVID-19", finalizó Meltzer.
Los resultados coincidentes plantean la consideración de si el tratamiento para la deficiencia de vitamina D está asociado con reducciones en el riesgo de COVID-19. Dado que la deficiencia de vitamina D puede aumentar por muchos factores que podrían estar asociados con el riesgo de la nueva enfermedad, incluida la edad, la obesidad, la diabetes y las enfermedades crónicas en general, las asociaciones observadas de la vitamina D con los resultados en casi cualquier investigación observacional pueden no reflejar con precisión cualquier efecto causal potencial de la vitamina D sobre los resultados.Sin embargo, el análisis expuesto en los documentos controla muchos de estos factores, y la idea de que unos niveles adecuados de vitamina D podrían prevenir el COVID-19 está respaldada por el metanálisis de ensayos clínicos aleatorios que encontró que el tratamiento con vitamina D de personas con deficiencia de esta vitamina puede reducir otras infecciones respiratorias virales, entre las cuales los coronavirus son organismos causantes comunes.
A pesar que el metanálisis sugiere beneficios de la suplementación con vitamina D en personas con deficiencia de esta vitamina, también señala que efectos más pequeños pero estadísticamente significativos de la suplementación, incluso en personas cuyos niveles de vitamina D, son suficientes según los estándares actuales.
Esta investigación es importante porque esos estándares se basan en gran medida en las necesidades de la salud ósea, ya que no se conocen las necesidades de la función inmunológica. Estos datos sugieren que los ensayos clínicos aleatorios con dosis variables de vitamina D pueden estar justificados en poblaciones con y sin deficiencia de vitamina D para comprender si la vitamina D reduce el riesgo de COVID-19, informa el medio INFOBAE.