La pandemia de coronavirus ha generado una inestabilidad económica para muchos pequeños empresarios, quienes al no poder generar ingresos, pasan por momentos realmente difíciles.
Tal es el caso de Wilfredo Márquez Robles, un humilde morador de Jicamarca que se dedica a la crianza de codornices y que, debido a la falta de ingresos, no puede alimentar a todas sus pequeñas aves.
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Ante esta situación, el señor Márquez pide ayuda para poder vender todos los huevitos de codorniz que tiene en su local ubicado en el anexo 22, de Huarochirí, en Jicamarca- San Juan de Lurigancho.
Don Wilfredo viene realizando el delivery de manera gratuita con el fin de que sus clientes queden satisfechos con la compra.
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Los nutrientes de los huevos de codorniz cuidan de nuestro tracto digestivo, ayudando a combatir posibles úlceras de estómago. Además, refuerzan nuestro sistema inmune, protegen nuestra memoria, estabilizan el sistema nervioso y aumentan la actividad del cerebro.
Comer de tres a cinco huevos de codorniz cada mañana promueve un sistema inmune fuerte y mejora el metabolismo.