Esta práctica receta tiene a la espinaca como protagonista de este platillo, una verdura que tiene amplios beneficios y propiedades que son de las más recomendadas por los nutricionistas y expertos pues nos aportan distintas nutrientes que incluyen a las vitaminas A, C y E todas estas con acción antioxidante.
Las espinacas también destacan por ser altas en contenido de fibra como la mayoría de verduras; sin embargo, esta es la que sobresale por sobre la gran mayoría.
Con un alto contenido el magnesio la espinaca también es perfecta como un ingrediente que debemos incluir en nuestra dieta si necesitamos mejorar o corregir nuestro funcionamiento de intestinos, músculos y nervios.
Su consumo también mejora la inmunidad y tiene un efecto laxante además de ser parte principal en la formación huesos y dientes.
Mira lo necesario para hacer esta receta y sigue los pasos para que puedas hacerla sin problemas.
200 ml de leche evaporada
1 pastilla de caldo de verduras
600 g de espinacas frescas limpias y troceadas
200 g de cebolla
200 g de puerro (solo la parte blanca)
300 ml de agua
Pimienta blanca
3 cucharadas de aceite de oliva
Pelar la cebolla y cortarla en juliana. Limpiar el puerro y cortar a rodajas.
Calentar el aceite y rehogar la cebolla con el puerro, unos 5 minutos a fuego suave removiendo de vez en cuando.
Añadir las espinacas y dejar cocer unos 5 minutos a fuego fuerte, hasta que las espinacas reduzcan, removiendo de vez en cuando.
Disolver la pastilla de caldo en el agua caliente y verter el caldo. Cocer a fuego medio unos 5 minutos. Colar y reservar el caldo.
Añadir la leche evaporada a las espinacas y triturar. Ir añadiendo el caldo de la cocción hasta obtener la textura deseada.
Rectificar de sal si es necesario.
Ya tienes una receta más para acompañar tus tardes de almuerzos y para cuando no tengas disponible mucho tiempo en tu ajustado itinerario. ¡Prepárala!