Comer picante todos los días puede tener beneficios como acelerar el metabolismo o mejorar el ánimo, pero en exceso puede afectar tu digestión y generar molestias importantes.
Únete al canal de Whatsapp de Wapa
Si eres de los que no puede vivir sin un buen toque de ají en cada plato, esta información te interesa. Aunque el picante puede aportar más que solo sabor a tu comida, abusar de él podría tener consecuencias que tu cuerpo no tarda en advertir. ¿Beneficio o bomba digestiva? Te contamos lo que dicen los expertos.
Ese ardor delicioso que enciende tu boca tiene nombre propio: capsaicina. Este compuesto, presente en los ajíes, activa los receptores de calor en la lengua, y es el responsable de esa sensación tan adictiva. Pero no todo es dolor: también tiene efectos positivos.
Según la doctora Guadalupe Blay, experta en endocrinología y nutrición de la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia), la capsaicina acelera el metabolismo, reduce el apetito y puede incluso mejorar el ánimo gracias a la liberación de endorfinas. Algunos estudios la vinculan con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y hasta posibles efectos contra células cancerígenas.
No todo lo picante es fiesta. Consumido en exceso, puede volverse un enemigo para tu sistema digestivo. Estudios indican que altas cantidades de capsaicina pueden irritar la mucosa del estómago e intestinos, especialmente en personas sensibles. Algunos efectos frecuentes del abuso del picante son:
TAMBIÉN PUEDES VER: ¿Solo “OK”? Psicología revela el verdadero y oculto mensaje detrás de esta respuesta
Aunque no está prohibido, los especialistas recomiendan que ciertos grupos moderen o eviten el consumo excesivo de picante:
Blay lo resume claro: “Si hay afectación en el tubo digestivo, hay que medirse mucho. Ese es el principal riesgo”.
El picante no es malo por sí solo. De hecho, en cantidades adecuadas puede tener efectos beneficiosos para el cuerpo. Pero si lo conviertes en tu mejor amigo diario sin escuchar las señales de tu organismo, podrías terminar con problemas que ningún ají va a solucionar. La clave está, como siempre, en el equilibrio.