Descubre cuál es la fruta que ayuda a regular el azúcar en sangre y mejorar la salud hepática de forma natural. Sus propiedades la convierten en una aliada diaria para el bienestar.
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La papaya, también conocida como lechosa en algunos países, ha pasado de ser una fruta exótica a convertirse en un alimento habitual en mercados y fruterías. Su sabor dulce y su textura suave la hacen irresistible, pero lo que la vuelve verdaderamente especial es su perfil nutricional.
Hoy, la ciencia respalda lo que muchas culturas ya sabían desde hace siglos: la papaya tiene un potente efecto regulador sobre el azúcar en sangre, protege el hígado y fortalece el sistema inmunológico. ¿Lo mejor? Puedes integrarla fácilmente a tu dieta diaria.
Una vez cortada, lo ideal es refrigerarla en un recipiente hermético, manteniéndola entre 5 y 6 grados Celsius. De esta manera, puedes conservar su sabor, textura y nutrientes por hasta 6 días. No la dejes a temperatura ambiente por mucho tiempo, ya que se oxida y pierde propiedades.
La papaya contiene fibra soluble, lo que ralentiza la absorción de azúcares y ayuda a estabilizar los niveles de glucosa. Según el portal Tua Saúde, su consumo moderado es ideal para personas con diabetes tipo 2 gracias a su índice glucémico medio.
Contiene enzimas como la papaína y la quimopapaína, que facilitan la digestión de proteínas y grasas. Estas enzimas pueden ayudar a descomponer mejor los alimentos, reduciendo la sobrecarga hepática.
Su alto contenido de fibra genera saciedad y retrasa la digestión. Esto puede ayudarte a controlar el apetito y a mantener estables los niveles de energía a lo largo del día.
Gracias a su alto contenido en vitamina C, vitamina A y carotenoides, fortalece las defensas del cuerpo. Según la Mayo Clinic, una dieta rica en antioxidantes como los presentes en la papaya puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
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La papaya contiene betacarotenos, luteína y zeaxantina, antioxidantes clave para prevenir el daño celular causado por los rayos UV y los radicales libres. Estos compuestos también cuidan la salud ocular, protegiendo la retina y reduciendo el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad.
Por su contenido de vitamina C y potasio, la papaya contribuye a la relajación de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación y reduciendo la presión arterial según Harvard T.H. Chan School of Public Health.
Puedes comerla fresca, en jugos, batidos, ensaladas de frutas o incluso deshidratada. Algunas personas también aprovechan sus hojas para infusiones o extractos naturales, especialmente en verano.
No hay una dosis diaria exacta establecida para la papaya, pero la recomendación general de frutas es de 2 a 3 porciones al día, lo que equivale a unos 160–240 gramos. Eso sí, como todo, debe consumirse con moderación: en exceso puede generar efectos laxantes o molestias digestivas.
La papaya no es solo una fruta tropical deliciosa, sino una aliada poderosa para la salud hepática, la regulación del azúcar y el fortalecimiento del sistema inmune. Introducir una porción diaria en tu alimentación puede marcar una gran diferencia, especialmente si padeces de diabetes o buscas una alimentación más limpia y natural.