Mario Irivarren entró al domicilio de Onelia Molina a las 10 de la noche del 30 de abril. La doctora le dejó la reja abierta para que pueda ingresar. ¿Ya sellaron la reconciliación?
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El drama digno de producción de Michelle Alexander continúa su curso. Mario Irivarren fue captado entrando a la casa de Onelia Molina por las cámaras de ‘Amor y Fuego’ durante la madrugada. El video exclusivo despertó las sospechas del público sobre una posible reconciliación de ambos guerreros, justo cuando ya se pensaba que habían terminado.
El seguimiento empezó cuando Onelia regresó a su hogar cerca de las 10 de la noche. Casi una hora después, Mario llegó en su camioneta, estacionó y entró a la vivienda sin tocar la puerta. Según las imágenes, la reja ya estaba abierta, lo que indicaría que su visita era esperada.
“¿Qué estará pasando adentro?, ¿estará recibiendo el perdón divino?”, decía con picardía la voz en off del programa mientras mostraban la escena.
Ambos permanecieron en el domicilio toda la noche. A las 6:00 a. m., Onelia fue vista saliendo con ropa deportiva rumbo al gimnasio. Minutos más tarde, Mario también abandonó la casa.
A la salida, el modelo fue sorprendido por las cámaras. Aunque se le notaba serio y con los ojos visiblemente cansados, no ofreció declaraciones. Solo esbozó una sonrisa nerviosa antes de subir a su camioneta y alejarse sin rumbo.
“Tenía los ojos hinchados y rojos, como si hubiera llorado toda la madrugada”, comentó el reportero de ‘Amor y Fuego’ sobre su aspecto.
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Mientras el ampay sigue generando titulares, en el set de ‘América Hoy’, Janet Barboza lanzó una afirmación contundente: Mario y Onelia ya no están juntos. La conductora aseguró que su información es de una fuente confiable y que la modelo estaría por publicar un comunicado oficial.
“Tengo información de primera mano, información privilegiada de que Mario y Onelia habrían terminado su relación”, dijo Barboza en vivo, dejando entrever que el ampay podría no significar una reconciliación.
Además, advirtió a sus compañeros: “Mañana veremos. Siéntense y esperen. Siempre me dicen que no, pero terminan dándome la razón”.