El crimen que paralizó Independencia: La historia del salchipapero asesino que desató horror por venganza

En las historias criminales que el Perú tiene, hay una que sigue en la mente de todos. La noche del 17 de febrero de 2017, Lima vivió uno de los tiroteos más trágicos. Eduardo Romero Naupay desató una ola de violencia que dejó cinco personas muertas y al menos diez heridas. Este suceso, conocido como la "Masacre de Independencia", conmocionó al país.

El 16 de febrero de 2017, Romero Naupay fue desalojado de las afueras del centro comercial Royal Plaza, de Independencia por fiscalizadores del distrito de Los Olivos, se le pidió no volver. Al día siguiente, el hombre regresó, pero esta vez le decomisaron su carro de comida, sin imaginarlo, el atacante usó a una de sus dos 'bebés', apodo que les daba a una Bersa 9 mm y una Pietro Beretta 9 mm, y disparó contra el gerente de fiscalización, Martín Moreno Zavaleta, hiriéndolo gravemente. Luego de una semana en coma, el agente moriría.

Con la gente corriendo despavorida del lugar, el hombre ingresó al centro comercial, donde continuó su ataque, disparando indiscriminadamente contra quien se cruce en su camino. Luego, volvió a su casa, la cual estaba a tres cuadras, con la intención de abastecerse de municiones.

Tras esto y ya nuevamente en el mall, subió a la segunda planta e ingresó a la discoteca Seven. Gloria Valdés, vigilante de la discoteca, se topó frente a frente con él. En su versión dada al programa Reporte Semanal, dijo que fue salvada por su jefe, César Arellano Chumacero, quien moriría a manos del atacante.

"Él estaba fuera de sí. Me puse detrás de mi jefe con las manos arriba. Él me apuntaba con el arma. Le pedía que se calme. Me tiró un balazo y me cayó al hombro. César me protegió. Yo fingí mi muerte, me quedé quieta. Él lo mató", mencionó.

Dispuesto a atacar a todo aquel que intente detenerlo, Romero Naupay, abandona Seven y entra a una segunda discoteca llamada DiLuna. Aquí dispararía sin parar y acabaría con la vida de la joven aeromoza Susan Juárez Pilco de 28 años. Tras salir del local y pasando por el patio de comidas, mató a una estudiante que estaba junto a sus amigas.

Ya fuera del centro comercial y luego de disparar a una vendedora en un kiosco, Eduardo Romero Naupay irrumpió en una agencia del Banco de Crédito del Perú, donde disparó contra Nicole Muñoz Peña, una joven estudiante de administración que intentó protegerse dentro del área de cajeros automáticos. Lamentablemente, no logró escapar.

Con el caos desatado, quien decidió tomar acción fue el suboficial Lorenzo Machaca Esquía, que se encontraba vestido de civil, él intervino y disparó en la cabeza al atacante, neutralizándolo. Eduardo Romero Naupay murió inmediatamente.

Tras el horror que dejó a su paso, Romero Naupay fue sepultado en absoluta discreción en el Cementerio Parque del Recuerdo, ubicado en el distrito de Puente Piedra. Sin flores, sin homenajes, ni más que pocos familiares, tras su entierro solo quedó el eco de una historia que conmocionó al país.