¿Cuál es el límite entre la seducción y el acoso sexual?

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    ¿Cuál es el límite entre la seducción y el acoso sexual?
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    La tarde del último martes, la cuenta de Instagram, ‘Acosadores de cine peruano caerá’, recopiló varios testimonios donde acusan de acoso sexual contra Frank Pérez-Garland, quien es director de cine peruano de películas como “Un día sin sexo”, “Locos de amor”, “Margarita”, entre otras.

    Tras la difusión de las acusaciones de acoso sexual, Pérez-Garland usó su cuenta de Instagram para admitir que la mayoría de las denuncias contra él son ciertas.

    “Mi nombre es Frank Pérez-Garland, soy director de cine y profesor desde hace casi 20 años. Escribo esto porque tengo que pedir perdón. El día de hoy han aparecido muchas denuncias contra mí y debo confesar que la mayoría son ciertas. Por mucho tiempo he seducido de manera intensa y, en algunos casos, invasiva, a compañeras de trabajo y alumnas”, publicó en su Instagram.

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    Sin embargo, el director de cine en el texto que publicó admitió que “sedujo a compañeras de trabajo y alumnas”, no aceptó el acoso sexual.

    Por eso, hoy te explicaremos cuál es el límite entre la seducción y el acoso sexual.

    Diferencias entre seducción y acoso sexual

    La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que el hostigamiento sexual es el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar, y el acoso sexual es cualquier comportamiento –físico o verbal– de naturaleza sexual que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona.

    La seducción no es mala, ya que suele relacionarse con el coqueteo, pero esto puede transformarse rápidamente en acoso y hostigamiento sexual, y una de las claves principales para diferenciarlos es el consentimiento.

    "La seducción se transforma en acoso cuando no existe una relación de paridad o se excede la línea en una relación jerárquica en cuanto al poder", afirmó al portal Infobae el miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Juan Eduardo Tesone.

    "Por más que la seducción se intente llevar adelante fuera del horario laboral, creo que dentro del respeto no me parece desubicado. La situación cambia cuando hay insistencia", agregó.

    Muchas personas señalan que esto es complicado de detectar, pues en nuestra sociedad se enseñó que el hombre debe de tomar la iniciativa, insistir y ganarse a las mujeres; mientras ellas tienen que mostrar resistencia para que no sean calificadas como fáciles.

    "A las mujeres latinoamericanas se les inculca la idea de que cuando dicen que no, en realidad quieren decir que sí. Es un mensaje que se nos mete en la cabeza desde niñas y se extiende por toda la región. Nos crían para hacernos rogar; nos dicen: 'no le digas que sí, hazlo sufrir. Así es difícil que un 'no' se entienda como tal; y puede llevar a una situación de acoso", menciona la socióloga chilena María José Guerrero.

    Los agresores suelen culpar a sus víctimas asegurando que ellas nunca le mostraron una reacción negativa clara, y la sociedad muchas veces avala esto. Sin embargo, se olvidan de colocarse en los zapatos de quien fue acosada.

    "Considero que, si a una persona se la intenta seducir en una situación inesperada para ella, está mal, es desubicado. Se debe generar un clima o mínimamente plantar la sensación de lo que va a ocurrir. Es complicado para una mujer, en muchas situaciones, ser tajante en su respuesta; puede tener temor o simplemente sentirse paralizada. Por ejemplo, coquetear en la calle tampoco es recomendable. Yo siento que es acoso, por no respetar el espacio público, un espacio de derecho común", dice a Infobae Hugo Huberman, psicólogo social.

    "No hay que cortar la posibilidad de que dos personas se conozcan. No se admite la falta de respeto ni la desubicación. Es imprescindible encontrar el momento preciso, que la otra persona esté cómoda y no sorprenderla con un mensaje descolocado. El otro ser humano no tiene por qué conocer las razones ni la cantidad de tiempo que esa persona lleva pensando en contarle lo que le pasa. Por eso es fundamental que la seducción sea mutua", concluye Hugo Huberman.

    El acoso sexual también es violencia

    El acoso y hostigamiento sexual también es violencia, por ello, si eres víctima de cualquiera de estas dos situaciones, acude al Centro Emergencia Mujer y llama a la Línea 100 de Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

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