La gravedad de la enfermedad, el tiempo transcurrido desde el contagio, la edad e incluso si el esquema de vacunación está completo son factores que determinan el plazo que toma a un paciente recuperado de COVID-19 volver a su rutina diaria, explica Geraldine Guzmán, docente de la Facultad de Salud de la Universidad Privada del Norte (UPN), quien brinda algunos consejos para una adaptación más rápida.
En primer lugar, en los casos moderados a graves posterior al alta por COVID-19 se recomienda controles periódicos con los especialistas. Si la persona cuenta con secuelas en el sistema respiratorio, se recomienda visitar un profesional en terapia física y rehabilitación pulmonar que guíe al paciente con ejercicios respiratorios para fortalecer los pulmones. Es importante que las personas estén alertas a la aparición de secuelas como fatiga crónica, malestar post-esfuerzo, tos, falta de concentración o palpitaciones del corazón para acudir al especialista.
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Según la Organización Mundial de la Salud, la protección contra el coronavirus después de tener la enfermedad disminuiría entre 8% y 10% en un período de 6 meses.
“En caso de una infección, las personas no vacunadas, especialmente adultos mayores o pacientes con comorbilidades, presentarán más probabilidades de complicarse. Los inmunizados con 2 dosis tienen una protección superior al 82%, y aquellos con vacuna de refuerzo generan defensas más fuertes frente a la infección”, explica la especialista de UPN.
Agregó que en los próximos años el coronavirus tendrá un comportamiento endémico en la población mundial, pareciéndose al resfrío común. “Con el tiempo la Covid-19 se mantendrá de forma estacionaria en la comunidad afectando a niños no vacunados o con falta de exposición al virus”, finalizó Geraldine Guzmán.
El país está padeciendo una tercera ola de coronavirus por un lamentable ascenso rápido de contagios por coronavirus. La nueva variante Ómicron está causando más casos positivos de la COVID-19 y por esa razón los pacientes se preguntan cuánto tiempo debe pasar para que un infectado se pueda vacunar.
Si los síntomas se presentaron de manera leve, uno se podrá inmunizar a más tardar 15 días. La dosis se recibe cuando uno ya no tiene tos ni fiebre.
En caso de un paciente se haya infectado de manera grave, al extremo de requerir hospitalización o cama UCI, el tiempo de espera es de tres meses.