
En un movimiento sin precedentes, el Departamento de Eficiencia de Estados Unidos (DOGE), liderado por Elon Musk, ha dado un paso firme hacia una gestión más inteligente del gasto público. Como parte de una auditoría piloto de cinco semanas, se desactivaron cerca de 300,000 tarjetas de crédito gubernamentales que ya no eran necesarias, representando un gran avance en la optimización de recursos.
Esta acción se enmarca en una estrategia para reducir gastos innecesarios, evitar fraudes y mejorar la transparencia en el manejo de fondos públicos. La auditoría se inició con 4.6 millones de cuentas activas, que juntas movían cerca de USD 40,000 millones al año fiscal 2024.
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La medida no se aplicó al azar. Las tarjetas dadas de baja corresponden a:
Esta depuración apunta a reducir el número de cuentas inactivas o mal gestionadas y asegurar que los recursos gubernamentales solo se usen cuando realmente son necesarios.
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La decisión responde a una alerta sobre posibles fraudes, especialmente vinculados a cuentas de personas fallecidas o de edad extremadamente avanzada. Para evitar situaciones similares, Elon Musk ha reforzado también los controles en los préstamos de la SBA (Administración de Pequeñas Empresas).
Como parte de la misma medida, Elon Musk también ha reforzado los controles en los préstamos de la SBA (Administración de Pequeñas Empresas), exigiendo la verificación de la fecha de nacimiento de los solicitantes para evitar préstamos fraudulentos a personas menores de 18 años o mayores de 120 años.
Este enfoque busca cerrar brechas que han permitido el mal uso de fondos en años anteriores, promoviendo una cultura de responsabilidad y eficiencia en el aparato estatal.
Este es solo el comienzo. Dentro del plan de reestructuración impulsado por Elon Musk, el DOGE también ha implementado decisiones claves que marcan un nuevo rumbo en la administración pública de EE. UU.:
El DOGE tiene con finalidad de eliminar regulaciones y gastos superfluos.