Los registros históricos, datados entre 1587 y 1613, abarcan cartas de pago, escrituras comerciales y testamentos que relatan el desarrollo y apogeo de la producción y el comercio del pisco en el Virreinato del Perú.
Únete al canal de Whatsapp de WapaUn aroma distintivo despierta recuerdos de tradición en todo el Perú. En las cálidas tierras de Ica, donde el sol intenso y los vientos moldean las viñas, se forjó una historia que ha perdurado a través de siglos y fronteras. Este valioso legado alcanzó un nuevo hito durante la reciente reunión del Comité Regional para América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la Unesco, realizada en Costa Rica.
En esta ocasión, documentos históricos de los siglos XVI y XVII, conservados por el Archivo General de la Nación, fueron reconocidos como prueba del origen peruano del pisco y añadidos al Registro Regional Memoria del Mundo.
El conjunto documental reconocido comprende cuatro manuscritos fechados entre 1587 y 1613. Estos registros detallan no solo el auge del cultivo de la vid y la elaboración de aguardiente, sino también las actividades comerciales que permitieron al pisco cruzar océanos y llegar a mercados distantes.
Los cuatro documentos presentados en esta inscripción resaltan el significativo valor histórico y cultural de un emblema peruano que continúa deleitando paladares a nivel mundial.
El reconocimiento del pisco como producto originario del Perú ha sido objeto de un extenso debate con Chile, país que también lo considera parte de su patrimonio cultural. Este conflicto llevó a la firma de acuerdos internacionales que delimitan el uso de la denominación "pisco" según el territorio. Por ejemplo, en la Unión Europea, solo Perú tiene derecho a emplear este nombre, mientras que Chile debe denominar su aguardiente de uva como "destilado de vino".
A pesar de estas disputas, el pisco peruano ha logrado establecerse en mercados internacionales. En la actualidad, se exporta a 45 países y posee reconocimiento de denominación de origen en 71 naciones. Este logro refleja tanto la calidad del producto como el esfuerzo de los productores peruanos por posicionarlo como un emblema de identidad nacional.