La pandemia de coronavirus ha afectado la economía de miles de peruanos. Esta vez, Alan Castillo, más conocido en el mundo artístico como Robotín, se lamentó el no haber ahorrado, pues ahora, con la cuarentena, no puede sustentar a su familia debido a las restricciones para evitar los contagios de la COVID-19.
Antes que el COVID-19 llegue al Perú y afecte su trabajo, el comediante vivía en un departamento alquilado junto a su esposa e hijos; sin embargo, ahora le alquila una casa a medio construir a un amigo.
El cómico contó que todos sus ahorros lo invirtió en un negocio de comida rápida, el cual tuvo que cerrar debido al primer confinamiento que duró alrededor de 4 meses. "Abrí mi Robotín Burger y no me fue bien por la pandemia. Lamentablemente me endeudé con un préstamo", comentó en una entrevista con Magaly Tv.
El popular Robotín también reveló que una vez acabó la cuarentena en Lima no tuvo otra opción más que vender ropa, frutas e incluso realizó trabajos de fumigador, esto debido a que los shows con aglomeración de personas no estaba permitido.
Sin embargo, Alan Castillo se dio cuenta que no era las ventas no era lo suyo y volvió a las calles, pero llevando su arte de manera ambulatoria.
Ahora que Lima vuelve al confinamiento por 15 días, Robotín no podrá salir a trabajar y pide ayuda para poder seguir llevando el alimento a su familia. "Lo más difícil para mí es no haber aprovechado mi momento, pero de los errores se aprende", comentó.