La peruana Karla Bacigalupo reafirma su lugar entre las favoritas del MU 2025 con un look tropical y lleno de glamour que deslumbró en la cena de bienvenida.
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Karla Bacigalupo continúa acaparando miradas en el Miss Universo 2025. Durante la cena de bienvenida celebrada el 8 de noviembre en Phraya, la representante peruana reafirmó por qué es una de las favoritas del certamen.
Su look, una apuesta elegante y moderna con guiños tropicales, se volvió viral en redes por su estilo impecable y la facilidad con la que impone tendencia. Con cada aparición, Bacigalupo demuestra seguridad, glamour y una conexión única con la moda.
Durante las actividades previas al Miss Universo 2025, Karla Bacigalupo demostró una notable versatilidad al adaptarse con elegancia a los distintos protocolos y apariciones públicas del certamen. Sin embargo, fue en la cena de bienvenida donde su presencia alcanzó un nuevo nivel.
Al subir al escenario para presentar a Perú, acaparó miradas y elogios por su porte y seguridad. Su look, un vestido strapless con corset dorado y falda en tonos fucsia y naranja, marcó un antes y un después en su paso por la competencia. El recogido con moño alto y los pendientes XL reforzaron su sofisticación, consolidándola como un ícono de glamour tropical y elegancia moderna.
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El vestido elegido por Karla Bacigalupo fue diseñado por Félix Uzcátegui, diseñador venezolano radicado en Perú, e inspirado en elementos representativos de Tailandia, sede del Miss Universo 2025.
El corset dorado evoca los reflejos del amanecer sobre el río Chao Phraya, mientras la falda fusiona tonos que recuerdan atardeceres tropicales, flores de loto y las linternas típicas de los festivales locales. La prenda combina tradición y libertad, reinterpretando la energía femenina a través del contraste entre la elegancia del oro y la vitalidad de los colores.
Según Uzcátegui, el objetivo del diseño es trasladar al escenario una narrativa de poder, resiliencia y espíritu festivo, envolviendo a quien lo lleva en una historia de fuego, pasión y luz. Con esta propuesta, Bacigalupo no solo representó a Perú, sino que también dialogó con la cultura anfitriona y proyectó una visión moderna de la feminidad, consolidándose como referente de estilo y elegancia en el certamen global.