Si eres una amante de la ropa negra, te sentirás identificada con más de un punto de la siguiente lista. ¡Que viva el negro!
Un día te despiertas con la idea de cambiar de look, así que vas de compras. Sin embargo, ves que hay un hermoso vestido negro o que hay unas botas negras en oferta. Habrán tal vez precios aún más bajos, pero no puedes resistirte al negro. ¡Recaes constantemente!
Amas a tu mascota pero a veces no resistes que sus pelos se peguen a tu ropa negra. ¡Se notan demasiado!
Tu mamá es la primera persona que ve un vestido de flores y te lo compra porque “te quedaría lindo”. Lucha constantemente para que te pongas algo que no sea negro pero de todas maneras te quiere.
Para ti jamás es difícil encontrar ropa negra porque lo encuentras en cualquier lugar y en modelos bellísimos. ¡Es el destino!
No importa cuántas veces vayas a una reunión familiar, aun nadie se acostumbra a verte de negro. Siempre escuchas comentarios sobre lo lindo que te quedaría utilizar ropa de otro color.
Todas las personas que te han visto por primera vez asumen o que eres una rockera a morir o que eres una emo que se ha escapado del 2008. ¿Es muy difícil que acepten que te gusta el negro?
Por tu imponente presencia con tu ropa negra muchos han pensado que no te gusta sociabilizar o que los odias a morir.
Ahora que ya pasamos la valla de que no eres mala, la gente puede pensar que estás triste y tu única manera de exteriorizarlo es vistiendo de negro. ¿Es en serio?
Sí, podrás ser muy fit y cuidar tu cuerpo al máximo pero tu ropa negra te acompaña a todas partes.
Lo malo de amar el color negro es que te sofoca cuando es verano. Pero aun así no piensas dejar de utilízalo por nada del mundo. ¡Es tu marca! Por eso siempre amas el invierno.