Pocas sensaciones tan desagradables como la resaca. Para unos se trata de un insoportable dolor de cabeza; para otros, de un malestar estomacal, e incluso nauseas. Sumado, claro, a una sensación de decaimiento generalizada, sequedad en los labios, sensibilidad a la luz y a los ruidos. Pero, ¿a qué se debe todo esto? ¿Es posible evitar estos efectos? O en todo caso, ¿cómo hacer para que se vayan lo más pronto posible?
Claro, no a todos nos afecta igual. Hay una pequeña porción de personas en el mundo que no siente esos síntomas desagradables de una noche de tragos; como los hay aquellos a los que solo les basta una copa para pasarlo fatal. De la misma forma, no todos sienten lo mismo durante su resaca. Y eso sigue siendo un misterio para la ciencia, que ha estudiado mucho los efectos del alcohol en el cuerpo, más no qué sucede al día siguiente de beberlo.
La mejor forma de evitar una resaca es no tomar. Se tenía que decir y se dijo. Y es que el alcohol, ese gran lubricante social que nos ha acompañado durante miles de años de vida civilizada, es una de las sustancias más tóxicas para nuestro organismo: actúa específicamente como narcótico del sistema nervioso. Porque las bebidas alcohólicas –debes saberlo de una vez– no generan euforia, no son estimulantes; son depresivos. Por eso, el alcohol está prohibido para las personas depresivas.
Preferible no recurrir a medicamentos, ya que algunas sustancias pueden ocasionar reacciones peligrosas.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que no existe un consumo saludable de alcohol –como sí lo hay para grasas y azúcares–. Así que si quieres evitar la resaca, simplemente no tomes. Pero si finalmente decides tomar, debes al menos saber bajo qué condiciones hacerlo; es decir, cómo reducir la resaca y los efectos tóxicos del alcohol al mínimo.
1. Nunca tomes con el estómago vacío: la comida y la grasa reducen la velocidad con la que tu cuerpo absorbe el alcohol.
2. No mezcles alcohol con otras sustancias: como tabaco, por ejemplo. La mezcla de distintos alcoholes no causa más resaca.
3. No dejes de hidratarte; es decir, toma abundante agua entre bebidas.
El alcohol se diluye en el agua y nos mantiene hidratados.
4. El cuerpo procesa entre 10 y 15 gramos de alcohol por hora; así que evita tomar más de una bebida en ese rango de tiempo.
5. Evita consumir bebidas oscuras: está comprobado que las bebidas con color (vino, cerveza y los espirituosos que han pasado por madera: ron, whisky, cognac, por ejemplo) son más propensas a generar resaca, debido a que son ricas en congéneres (una sustancia que también aporta sabor).
6. Prefiere, en todo caso, los alcoholes más puros: rones blancos, pisco, o mejor aun: vodka.
Los congéneres son responsables del sabor de las bebidas, pero también empeoran los efectos de la resaca.
Como señala Harold McGee, “la resaca es en parte un suave síndrome de abstinencia”. Es decir, son los síntomas de un cuerpo que ha estado acostumbrado al alcohol, y de pronto, ya no lo tiene. El dolor de cabeza y la resequedad de la boca son a causa de la deshidratación –el alcohol es diurético– o a la dilatación de los vasos sanguíneos. Mientras que la sensibilidad a la luz y a los ruidos son efectos de la depresión general causada por el alcohol en el sistema nervioso e inmunológico.
La resaca también se manifiesta como una baja en la glucosa, por eso también la sensación de decaimiento o depresión, que puede incluso ir acompañado con baja de la temperatura corporal y por lo tanto, escalofríos.
¿Qué necesita entonces nuestro cuerpo para recuperarse? Para superar la deshidratación, hay que beber abundante agua, pero mejor aun si es agua con sales y minerales, para que el cuerpo la absorba mejor. El cuerpo también pide azúcar, así que una bebida dulce también ayudará. Por eso las bebidas re-hidratantes, así como los sueros bebibles, están entre las curas favoritas de los resaqueados. Sin embargo, nada de eso garantiza que se vaya la resaca. Y es que la ciencia aún no entiende a cabalidad de qué se trata todo esto.
Las bebidas rehidratantes nos aportan agua, sales y azúcar, pero no curan por completo la resaca.
¿Y el cebiche? ¿Y la sopita de pollo o caldo de gallina? ¿Y la cerveza para cortarla? Existen infinidad de curas domésticas para cortar la resaca, porque hay muchos frentes que intentar cubrir: por el lado físico, pero también por el lado anímico. Por eso, buscar aquello que nos haga sentir mejor ayuda –un ambiente silencioso, el campo, la playa–, pero debe ir siempre acompañado de una buena hidratación, y evitar intoxicar más el cuerpo.
Beber un trago para “cortarla” no hace sino restablecer tu cuerpo al estado anterior, es decir, al estado alcoholizado, a la vez que lo anestesia. Lo único que logramos es postergar la resaca. El cebiche, por su parte, puede resultar muy ácido y afectar el sistema digestivo, así que no es tan recomendable, aunque sea un plato rico en aminoácidos. El caldo de gallina o caldito de pollo sin duda no hidratará y restablecerá nuestros niveles de sales y minerales.
Con información de Buenazo