Todos en algún momento de la vida hemos tenido pesadillas que han causado miedo excesivo o incluso ansiedad al despertar. Aunque muchos creen que esto solo ocurre con los niños, pero los adultos también pueden tener estos episodios inexplicables.
Por lo general las pesadillas no son motivo para preocuparse, ello porque son una mala jugada de la mente ante estímulos externos como películas de terror, juegos o incluso vivencias. En sí, los niños pueden empezar a tener pesadillas desde los 3 años, lo cual suele disminuir a la edad de los 10 años.
Estos episodios angustiantes tienen un horario donde es mucho más probable que ocurran. Lo más probable es que empiece durante la mitad de la noche y se vuelva mucho más vívido e inquietante.
Las pesadillas son sueños pesados que parecen ser reales. La trama de estos sueños están muy relacionados con amenazas a tu vida, supervivencia, persecuciones, entre otro. Cuando despiertas sientes una presión en tu corazón por lo rápido que late e incluso algunos te llevan al borde del llanto.
La Asociación Estadounidense del Sueño menciona que esto ayuda al cerebro a que uno procese las experiencias que fueron muy intensas durante el día. Por ello, el responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirón salud Madrid en España y del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, Juan Pareja Grande expresó para BBC que se relacionan a las respuestas emocionales.
“Las experiencias angustiosas se pueden rememorar durante el sueño adquiriendo un carácter dramático y aunque pensemos que pueden ser una amenaza, durante el día podemos vincularlos a eventos con respuestas emocionales”, expresó Bravo.
El doctor en Neurología y Psiquiatría y director del Instituto de Investigaciones del Sueño de México, Diego García-Borreguero, mencionó que “los sueños y las pesadillas se producen durante la fase REM (movimientos oculares rápidos, por sus siglas en inglés), que es una etapa del sueño en la que se da una activación de la corteza cerebral y, a la vez, una paralización del aparato locomotor”.
Asimismo, este tipo de sueños pueden ser causados por el estrés, ansiedad, medicamentos, entre otros. Las pesadillas son una forma de interpretar lo que pasó en el día, es decir, el estrés de la escuela o los problemas en la casa pueden crear escenarios atemorizantes de los que buscarás despertar.
Es importante mencionar que, experimentar ansiedad se asocia con un mayor riesgo de tener pesadillas. Incluso, esto puede ser acompañado por algún traumatismo después de un accidente, una lesión, el abuso físico u otro evento. También puede relacionarse con eventos menores como una película de terror o un videojuego que muestre escenas de este tipo.
Muchas veces estas pesadillas provocan que la persona grite, suden y recuerden cada uno de los detalles que sucedió en el sueño. Esto puede variar de acuerdo a cada uno. Sin embargo, cuando esto sucede, todos se despiertan con un nivel de tensión y angustia.
Por eso, el especialista resalta que si se intenta despertar a alguien que está teniendo una pesadilla, ya que no responden a estímulos externos.
Para poder evitar las pesadillas es importante fijar una rutina regular y relajante antes de ir a dormir. Estos ejercicios te permitirán mantener la mente en calma antes de sumergirse en los sueños.
Entre las actividades que puedes realizar se encuentran la meditación, resolver rompecabezas, tomar un baño de agua tibia, leer, entre otros.
Otro aspecto importante es intentar controlar el estrés y la ansiedad para evitar tener episodios de miedo durante la noche. En este caso, lo recomendable es hacer respiraciones profundas o estiramientos para relajar el cuerpo y la mente.