Investigadores hallaron que este fruto, además de cuidar el corazón, mejora la velocidad mental en adultos mayores si se consume a diario.
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Un estudio científico reciente ha identificado que incluir fresas en la dieta diaria podría reducir de forma considerable el riesgo de padecer demencia en personas mayores. La investigación, llevada a cabo por la Universidad Estatal de San Diego, en California (EE.UU.), indica que las fresas no solo son aliadas del sistema cardiovascular, sino que también tienen un impacto positivo en la función cognitiva, especialmente en adultos mayores.
El estudio involucró a 35 personas con una edad promedio de 70 años, quienes consumieron durante ocho semanas un polvillo de fresa liofilizado, elaborado a partir de fresas frescas, disuelto en agua para tomar a diario. Al finalizar el periodo de prueba, los participantes mostraron una mejora significativa en la velocidad de procesamiento mental, un aspecto clave para tareas como conducir o gestionar decisiones financieras. Aunque no se observaron avances notables en la memoria, los expertos destacan la mejora cognitiva como un hallazgo importante.
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Los efectos positivos se atribuyen a los flavonoides, compuestos antioxidantes presentes en las fresas. El trabajo, publicado en la revista científica Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases, también evidenció que el consumo frecuente de este fruto puede disminuir la presión arterial y aumentar los niveles de antioxidantes en la sangre, fortaleciendo la defensa frente a distintas enfermedades.
Pese a que la temporada de fresas suele concluir en esta época, los métodos modernos de cultivo han permitido prolongar su disponibilidad durante más tiempo. Esto representa una ventaja adicional, considerando sus propiedades. “El consumo de fresas puede contribuir a una mejor función cognitiva y hay cada vez más evidencia de sus beneficios para la salud cerebral”, concluyen los autores, alentando su inclusión en una dieta equilibrada para prevenir el deterioro mental.