El hijo adolescente de Antonio Pavón y Sheyla Rojas padece de artrogriposis múltiple congénita y, gracias al arduo trabajo de sus padres, ha salido adelante. En una entrevista, el menor contó que desea estudiar.
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En una de sus apariciones más sinceras, Antonio Pavón volvió a sentarse frente al polígrafo de “El valor de la verdad” para contar no solo sus vivencias personales, sino también uno de los capítulos más difíciles y conmovedores de su vida: la lucha diaria de su hijo Antoñito contra una enfermedad poco común.
Con la voz entrecortada, el español compartió que desde el primer diagnóstico, su mayor compromiso como padre fue no rendirse jamás.
“Yo no me podía separar de Antoñito porque mi meta era: hasta que no vea a este niño andando, no voy a parar. Me cueste lo que me cueste”, declaró visiblemente emocionado ante Beto Ortiz.
El pequeño, que hoy vive con él en España, fue diagnosticado con artrogriposis múltiple congénita, una condición que afecta la movilidad. Sin embargo, su historia es también una de esperanza: los avances que ha tenido gracias a terapias intensivas y un entorno familiar lleno de amor han sido notables.
En 2024, durante una conexión en vivo con el programa “América Hoy”, Antoñito sorprendió a todos al contar qué quiere ser de grande. Con una sonrisa inocente y muy seguro de sí mismo, respondió sin dudar: “Me está gustando mucho Medicina”.
Antonio Pavón explicó entonces que este deseo nació a raíz de sus visitas constantes a hospitales. “Como pasa bastante tiempo en los hospitales, dice que quiere ser médico para curar a los niños”, comentó orgulloso.
Este sueño es reflejo de su admiración por los profesionales que lo han acompañado desde sus primeros años. En España, donde reside actualmente con su padre, Antoñito se ha ganado el cariño de su entorno y ha aprendido a llevar su tratamiento con valentía.
“Tiene una personalidad bien bonita, es muy cariñoso, muy simpático… Todos lo quieren. Es un chico que se hace querer mucho”, expresó Pavón.
En 2021, Sheyla Rojas optó por que su hijo viviera con su padre en España. Desde México, donde reside actualmente, reveló que fue una decisión difícil, pero necesaria.
“Solo quería que mi pequeño esté tranquilo”, afirmó en entrevista con ‘Choca’ Mandros.
El reencuentro padre e hijo fue en plena pandemia. A pesar de las restricciones, Antonio no dudó en volar a Perú para llevar a su hijo de regreso a su lado.
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“Estuve un año y cuatro meses sin verlo, y la verdad es que cuando nos encontramos lloré lágrimas de sangre”, confesó.
Ahora, Antoñito ya es un adolescente que comienza a tener nuevos intereses, amistades y aspiraciones. Y aunque aún queda camino por recorrer, Pavón celebra cada avance como una victoria.
“El otro día me escribió y me dijo: ‘Papá, muchas gracias por estar siempre apoyándome’. Con eso estoy feliz, es lo más grande que hay en la vida”, finalizó entre lágrimas.