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20 Abr 2023 | 9:43 h

La verdad de cruzar los dedos para la buena suerte

Este es una de las tradiciones comunes al momento de pedir lo que más deseas o estás en alguna situación de ganar.

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Cruzar los dedos atrae la suerte

El cruzar los dedos es uno de los gestos más conocidos por las familias en todo el mundo para atraer la suerte y puedas ganar en cualquier situación, aunque hay naciones que está prohibido, ya que lo toman como vulgar.

Por otro lado, este gesto contiene sabiduría inconscientemente que no puede ser reemplazada por algunos rituales como el yoga. Entonces esta es una buena manera de combatir la ansiedad o el estrés.

¿De dónde proviene el cruzar los dedos para la buena suerte?

El cruzar los dedos proviene antes del año 313 cuando se promulgó el Edicto de Milán que estableció la libertad de culto en el Imperio romano. También, en momentos difíciles cruzaban sus dedos para invocar el poder de la crucifixión de Jesús Cristo, la encarnación de su Dios en la Tierra.

Al principio se necesitaba de dos personas para entrelazar los dedos y se pudiera cumplir los deseos. Por otro lado, este gesto también tiene raíces del cristianismo y se creía que sus deseos quedarían guardados hasta que se cumplan.

¿Solo es suerte?

Si volvemos a los tiempos atrás donde comenzamos, los cristianos no podían practicar abiertamente su fe en tierra romana. Por ello, cruzaban los dedos para absolver de las mentiras que se veían obligados a decir.

Incluso en la actualidad es muy común cruzar los dedos en la espalda cuando decimos una mentira o engaño. Donde es muy visto verlo en los más pequeños del hogar al momento de hacerles algunas preguntas.

Cruzar los dedos por la espalda

¿Por qué hacemos este gesto?

Existen dos teorías acerca de este tema, por ejemplo, algunos historiadores relatan que dicha costumbre nació como una marca de concentración o buen ánimo. También evolucionó para expresar apoyo hacia la otra persona cruzando los dedos.

Por otro lado, tiene su origen en la antigua creencia de atribuir a los infortunados y la mala suerte a fuerzas malignas. Entonces, con este gesto se buscaba ahuyentar y protegerse de algunos maleficios.