No le gusta celebrar su cumpleaños y le ocasionó graves problemas. Este caso ha sorprendido al mundo entero, por ser un hecho donde deberíamos analizar la empatía de las personas.
Esta vez se trata de un joven tecnólogo médico estadounidense, quien demandó a su trabajo después de ser despedido tras la celebración de su cumpleaños en la oficina, por la que sufrió un ataque de pánico que le ocasionó problemas en su salud mental.
El hombre identificado como Kevin Berling, laboraba en un laboratorio de toma de muestras médicas y en la investigación, se sostuvo que había solicitado en su contrato expresamente a las secretarias que no celebraran su cumpleaños en la oficina.
Sin embargo, al parecer, el entusiasmo de sus compañeros pudo más y obviaron lo manifestado por el joven. Los compañeros de trabajo se lucieron en la decoración, la compra de bocaditos, torta y bebidas.
A pesar que Kevin había manifestado en reiteradas oportunidades que no quería celebrar un año más de vida, porque así lo venía haciendo hace ya varios años, la celebración que le preparó su equipo de trabajo fue por “todo lo alto”.
Durante la celebración, Berling debió salir a los patios de la empresa para poder tomar aire producto de la crisis de pánico que estaba sufriendo. Luego de los festejos, pidió una reunión con sus jefes en donde manifestó su malestar con la situación.
Pero lo que Kevin Berling jamás se imaginó, es que la decisión de no festejar su cumpleaños, le haría perder su empleo. Es así que el joven al expresar su frustración y malestar por la “sorpresa cumpleañera” no logró la comprensión de sus superiores.
Sus jefes decidieron sacarlo de la empresa por la actitud que presenta ante los demás y “haber frustrado la alegría de los empleados”, agregando que había estado cerca de ponerse violento con sus compañeros.
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Inmediatamente, el joven se comunicó con su abogado, quien presentó el diagnóstico médico que especifica que “ser el centro de atención en reuniones o celebraciones con muchas personas le genera estrés”.
Asimismo, la defensa de Berling aseguró que no era una persona violenta, sino que sufre de cuadros de estrés cuando se siente atacado. Con los antecedentes recabados, el jurado determinó un pago de 300 mil dólares por daño moral más 150 mil por salarios perdidos durante el periodo de la investigación.