Conmoción en Latinoamérica. La violenta muerte de Breiner David Cucuñame, un guardia indígena de 14 años y defensor de la "Madre Tierra", ha levantado una ola de rechazo en Colombia. El pequeño murió defendiendo los recursos naturales en un ataque a tiros en el suroeste del país cafetero.
El adolescente fue asesinado el viernes cuando realizaba labores de vigilancia junto a otros indígenas, todos desarmados y apenas portando bastones.
Según denunció la comunidad nasa, hombres abrieron fuego contra la guardia indígena en un paraje rural del municipio de Buenos Aires, en el departamento del Cauca, uno de los más castigados por la violencia que siguió al proceso de paz con la entonces guerrilla de las FARC.
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En el ataque, cuyos responsables y causas no han sido determinados, murieron dos indígenas, entre ellos Breiner Cucuñame. Dos más resultaron heridos, de acuerdo con el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).
Breiner fue un "cuidador de la Madre Tierra, guardián del territorio, guardia indígena estudiantil, niño protector de la vida", lamentó en un comunicado el CRIC.
Tras su asesinato, comenzó a circular esta semana la foto del adolescente cortado al rape, con su bastón y el chaleco azul que identifica a la guardia indígena, que actúa en los territorios originarios para evitar el ingreso de grupos armados.
El presidente Iván Duque expresó en un tuit su tristeza por la "muerte del joven Breiner David Cucuñame, un abanderado de la protección ambiental en su comunidad en el Cauca".
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Al mismo tiempo aseguró que el gobierno apoyará a la fiscalía para que esclarezca el hecho "con celeridad". También la delegación de derechos humanos de la ONU condenó el "ataque armado contra la guardia indígena".
Según Indepaz, un centro de estudios independiente, Breiner Cucuñame es el segundo ambientalista asesinado en los primeros días de este año.
La ONG y autoridades indígenas señalaron a las disidencias de las extintas FARC como los presuntos responsables del ataque.
Sin un mando unificado, estos grupos se marginaron del acuerdo de paz que condujo al desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y libran con otras organizaciones una lucha por el control de narcocultivos y la explotación ilegal de oro y otros recursos en apartadas zonas del país.
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La oenegé Global Witness describe a Colombia como el país más letal para los ecologistas. En 2020 fueron asesinados 65 defensores del medio ambiente, de acuerdo con el informe más reciente de la organización.
Cabe resaltar que el continente América Latina vuelve a ubicarse como la región más peligrosa para los defensores ambientales, una posición que ocupa desde 2012, año en el que Global Witness -una organización no gubernamental internacional fundada en 1993 que lucha «para romper el círculo vicioso de pobreza, conflictos, corrupción y violación de los derechos humanos en el mundo»- comenzó a publicar sus informes.
En 2020, entre los países que registraron el mayor número de asesinatos también figuran Brasil, México, Honduras, Guatemala, Venezuela y Nicaragua. Son datos del más reciente informe de Global Witness –julio 2020- el cual hizo conocer que 212 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente fueron asesinados durante el 2019; la mitad de los homicidios ocurrieron en Colombia y Filipinas.
“En 2020, registramos 227 ataques letales, lo que establece un promedio de más de cuatro personas asesinadas por semana y lo convierte, una vez más, en el año más peligroso registrado”, informaron en 2021.
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En septiembre del 2021 publicaron: “Casi el 30% de los ataques están relacionados con la explotación de recursos (forestales, mineros y de agroindustria a gran escala), represas hidroeléctricas y otro tipo de infraestructura. De ellos, la explotación forestal fue el sector vinculado a la mayor cantidad de asesinatos, con 23 casos”, asegurando que, una vez más, se mantuvo el número desproporcionado de ataques contra pueblos indígenas y que las mujeres suelen enfrentar un doble desafío: la lucha pública para proteger su tierra y la lucha, a menudo invisible, para defender su derecho a manifestarse dentro de sus comunidades y familias. Hablando de familias, una de cada 10 personas defensoras asesinadas fueron mujeres.
Con información de AFP.