En tiempos de pandemia por la COVID-19, la mascarilla se ha vuelto de uso obligatorio, ya que es una importante herramienta de protección personal frente al coronavirus. Sin embargo, especialistas de EsSalud advierten que el uso continuo de este implemento de bioseguridad puede generar una serie de enfermedades a la piel si no se toman en cuenta algunas recomendaciones.
La médico dermatóloga del Centro Preventivo Oncológico del Hospital Nacional Alberto Sabogal, Karen Peláez Castro, manifiesta que el uso permanente de mascarillas incrementa la temperatura y humedad de la piel, lo cual propicia un microclima favorable para los microorganismos que alteran la barrera cutánea, produciendo así irritación que, en algunos casos, se convierte en infección.
“La piel cumple la función de una barrera protectora, pero el uso permanente o constante de la mascarilla puede alterar esta barrera y generar estas alteraciones, produciendo prurito (picor) o generarnos algunas manifestaciones cutáneas como acné, foliculitis o dermatitis de contacto”, detalló la especialista.
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Asimismo, explicó que las personas deben de tener en cuenta que las mascarillas están hechas de ciertos materiales o sustancias que podrían generar algunas irritaciones o reacciones alérgicas y por ello recomendó consultar al dermatólogo para poder detectar si se trata de una reacción temporal o de una afección que requiere de algún tratamiento.
“Es importante señalar que, una vez resuelta la fase inicial de enrojecimiento por irritaciones y dermatitis de contacto, hay pacientes que presentan manchas oscuras llamadas hiperpigmentación post inflamatoria”, señaló la doctora Peláez.
En ese caso, aconsejó que sea el dermatólogo quien indique el tratamiento despigmentante a seguir para atenuarlas o desaparecerlas y que no se debe dejar de usar bloqueador solar de acuerdo al tipo de piel que se tenga.
Peláez Castro recomendó que para mantener la barrera protectora de la piel tenemos que hacer una limpieza o higiene adecuada del rostro, sobre todo en la zona que será cubierta por la mascarilla, que es prácticamente la mitad de la cara.
En primer lugar, debemos realizar el lavado con dermolimpiadores o sustitutos de jabón adecuados para cada tipo de piel.
El segundo paso consiste en hidratar la piel para evitar irritaciones por el roce de la mascarilla y es importante que los hidratantes vayan de acuerdo a las características de cada tipo de piel que tenga el paciente.
En casos de personas que van a usar la mascarilla por un tiempo más prolongado, recomienda usar en las zonas de roce, como la nariz o detrás de las orejas, productos que pueden atenuar la fricción como la vaselina o algunas cremas protectoras con óxido de zinc o pantenol.
Para los casos donde la piel es aún más sensible, o saben que van a estar de 8 a 12 horas con la mascarilla puesta, se recomienda el uso de unos parches especiales que deben ser colocados en la zona de contacto.
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Cabe recordar, que el servicio de Dermatología del referido nosocomio recomienda el cambio continuo de la mascarilla descartable y lavar diariamente la de tela. En este último caso, se recomienda que sea de algodón para evitar cualquier reacción alérgica.
La especialista Peláez agregó que, en la medida de los posible, es importante darle un descanso al a piel y si se tiene un ambiente de trabajo con zonas al aire libre, retirar la mascarilla por pequeños lapsos de cinco a diez minutos, cada cuatro horas, para ventilar la piel del rostro.