La tuna es un superalimento oriundo del Perú que no solo se destaca por su rico sabor y sus propiedades nutricionales, sino también por su extraordinaria capacidad para crecer en zonas donde escasea el agua, por lo que se considera un cultivo prodigioso que contribuye a una alimentación más sostenible y adaptable al cambio climático.
La tuna (Opuntia ficus-indica), conocida también como nopal, es una planta tropical de la familia de los cactus que se destaca por su capacidad para desarrollarse en terrenos afectados por el estrés hídrico o escasez de agua.
Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) asegura que el cultivo de tuna frena la desertificación e impide la erosión del suelo, consume dióxido de carbono (C02) por las noches en grandes cantidades, por lo que disminuye significativamente la contaminación del aire.
La tuna hospeda a la cochinillana grana, un insecto que produce tinturas rojas y purpúreas con un grado de pureza de 18 % a 20 % de ácido carmínico, a diferencia de otros países productores, por lo que Perú es el mayor productor y exportador del mundo.
En Perú, el uso de tintura extraída de la cochinilla para teñir textiles y como maquillaje ritual data desde la época precolombina.
Consumir frecuentemente tuna es altamente saludable porque reúne una serie de bondades nutricionales entre las que resaltan su alto contenido de vitamina C, por lo que previene y combate resfríos y favorece en la recuperación de la gripe común.
Al ser una fruta baja en calorías y grasas, la tuna es clave para las personas que desean bajar de peso. Gracias a los antioxidantes que contiene evita el deterioro celular causado por los radicales libres, previniendo el envejecimiento.
También contribuye a reducir el colesterol y los triglicéridos, y con ello los problemas cardiovasculares, la dislipidemia y enfermedades crónicas como la diabetes.
El consumo de tuna previene la indigestión y el estreñimiento porque tiene una cantidad importante de fibra, lo cual ayuda a mejorar la salud estomacal.
Por su importante contenido de calcio y magnesio, dos minerales que proporcionan salud a la estructura ósea, alimentarse con tuna contribuye a la salud de los huesos.
Finalmente, el consumo de tuna mejora la función plaquetaria ayudando a una correcta coagulación de la sangre y permitiendo la rápida cicatrización de las heridas.
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En Perú, la tuna se produce en 16 departamentos, siendo los de mayor producción Ayacucho (20,25 %), Huancavelica (14,65 %), Arequipa (14,84 %), Lima (14,02 %) y Apurímac (8,25 %).
En nuestro país se cultivan tres tipos de tuna de colores verde o blanca, roja o guinda, amarilla y anaranjada.