¡Atención! Tomar una botella de gaseosa de medio litro equivale a consumir 11 cucharaditas de azúcar, un exceso que puede generarnos problemas de sobrepeso, caries dentales y enfermedades complejas como la diabetes y el cáncer.
En ese sentido, el decano nacional del Colegio de Nutricionistas del Perú, Antonio Castillo Carrera, alertó que el consumo de gaseosas está muy extendido entre los menores de edad, por lo que cada vez se ven casos de diabetes en edades más tempranas.
“Una bebida gaseosa equivale a tomar 11 cucharaditas de azúcar. Es como si le echaras a tu té, café o leche 11 cucharaditas de azúcar. Estamos hablando de una cantidad excesiva de azúcar en el cuerpo que, posteriormente, puede llevar a problemas de sobrepeso y diabetes”, comentó a la agencia Andina.
Los menores de edad, señaló el experto, están más acostumbrados a consumir de manera excesiva estas bebidas y ello los coloca en riesgo de sufrir a futuro las enfermedades ya mencionadas.
En el caso de las personas jóvenes y adultas, dijo que el consumo frecuente de gaseosas provoca un rápido aumento de peso porque las altas calorías que se ingieren generan la formación de grasa que se acumula en el cuerpo.
La ingesta de bebidas gaseosas, así como una mala alimentación, incide en la prevalencia del aumento de peso en el Perú. Siete de cada 10 peruanos presenta sobrepeso u obesidad, lo que condiciona al organismo a presentar algunas comorbilidades como la diabetes, la hipertensión, problemas cardiovasculares incluso padecer algún tipo de cáncer.
Castillo precisó que es importante reconocer que las gaseosas tienen alta concentración de azúcar y agua carbonatada, es decir, ningún contenido nutricional. Sin embargo, un gran porcentaje de la población está acostumbrada a consumirlos por lo menos una vez a la semana aumentando así sus niveles de glucosa en la sangre.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), las gaseosas son un producto ultraprocesado que no constituye un alimento nutricional para las personas. Además, refiere que tienen un alto porcentaje de agua carbonatada, azúcar, sodio, colorantes, ácido fosfórico y cafeína.
La FAO también indica que esta agua carbonatada (agua con gas) en exceso podría incrementar la acidez del jugo gástrico y causar problemas estomacales, entre ellas la flatulencia. La presencia de otros componentes (azúcar) la hacen adictivas para el consumo humano.
Por tal motivo, el especialista recalcó que se debe evitar el consumo de bebidas procesadas y envasadas porque contienen una serie de preservantes y azúcares que no aportan ningún valor nutricional para el organismo. Invitó a la ciudadanía a preferir una alimentación saludable.
Por otro lado, Castillo se refirió a las bebidas rehidratantes, las que, explicó, solo deben consumir quienes realizan un desgaste físico fuerte, como los deportistas, porque necesitan recuperar la perdida de líquidos.
Estas bebidas contienen sales minerales, entre ellas sodio y potasio, cuya función principal es rehidratar a una persona deshidratada por sudoración profusa frente a una actividad física intensa.
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“Por ejemplo, los futbolistas que corren 90 minutos o alguien que corre 10 kilómetros. Ellos sí necesitan una bebida rehidratante porque sudan profusamente, pero si salgo a dar una vuelta al parque o a manejar bicicleta no es necesario tomar esta bebida. Basta con beber agua y ya estará recuperando la pérdida de líquidos”, advirtió.
Optar por una alimentación natural, evitar consumo de bebidas gaseosas y alimentos ultraprocesados, consumir de 6 a 8 vasos de agua al día y practicar alguna actividad física por espacio de 30 minutos diarios son algunas de las recomendaciones que el experto aconseja para mantener una vida saludable, sobre todo en época de pandemia de la COVID-19.